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LITERATURA

La crisis pone la democracia a prueba

Por Marta G. Bruno Tiempo de lectura2 min
Cultura25-01-2010

El ser humano no valora el silencio como debería. ¿Zapatero utiliza demasiadas palabras, pocos hechos? La sociedad actual vive un momento de pérdida de la inocencia, de la falta de valentía de otros tiempos, cuando los estudiantes se alzaban contra el exceso de poder. Este el nexo de unión de las principales novedades literarias de esta semana.

El Gobierno socialista de Zapatero se somete a un exhaustivo examen. ¿Han servido de algo las numerosas leyes promulgadas por el Ejecutivo? Entre las que se encuentra la Ley de Memoria Histórica, que reabre las heridas más que enmendarlas, la polémica Ley del Aborto, normativa que ha suscitado críticas entre muchos sectores de la sociedad o la poco aclamada “Ley-Sinde” contra las páginas web. Gustavo Bueno analiza todas estas decisiones en El fundamentalismo democrático. Y aún queda imaginación para escribir sobre la Segunda Guerra Mundial. El derecho a la libertad durante la época nacionalsocialista alemana despertó la valentía de un grupo de nutridos estudiantes, conscientes de las atrocidades que ordenó Hitler. La Rosa Blanca. Los estudiantes que se alzaron frente a Hitler relata la historia de un grupo de amigos que se opuso al adiestramiento. La Rosa Blanca era su nombre clandestino. No valían las palabras del führer: “Ya no podrán volver a ser libres en toda su vida, y serán felices”, refiriéndose a los jóvenes alemanes. Aquellos jóvenes que hoy siguen preguntándose por la razón de su existencia, en un mar de dudas que les acompleja, hasta que su madurez y personalidad están completamente formadas. La vida está formada por etapas, donde poco a poco el hombre va perdiendo la curiosidad inicial para albergar un sentimiento de inconformismo. Realidad o no, esa es la puesta en marcha inicial que Elsa Punset pretende cambiar en Inocencia radical. Se trata de un viaje interior al ser humano, un examen en este caso poco político, más cerebral y no menos curioso. Esto no es el silencio, de Ada Salas, tiene cierto aire provocador. La escritora abandona la poesía minimalista a la que tiene acostumbrados a sus lectores para adoptar un estilo libre, donde el objetivo es aprender a encontrar el ritmo del silencio.