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POLONIA

Roban la placa de entrada del antiguo campo de concentración de Auschwitz

Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional18-12-2009

Los empleados del museo en el que se reconvirtió uno de los mayores campos de exterminio de la Alemania nazi han denunciado el robo de la placa metálica que figuraba en la entrada del antiguo campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. En ella figuraba el célebre y cínico lema 'Arbeit macht frei' ('El trabajo os hará libres').

Nada parece recordar, a ojos del visitante actual, lo que en su día fue el campo de concentración de Auschwitz, situado en la calmada localidad polaca de Birkenau, a unos 60 kilómetros al Oeste de Cracovia. Convertido hoy en un museo, el verde crece a los pies de los barracones que hacinaron en su día a millones de personas y los árboles crecen alrededor de los crematorios y sus siniestras chimeneas. El turista, el curioso, no llega a asimilar que tras esas verjas de alambre, tras las desgastadas calaveras que adornan los carteles de 'Achtung!' ('Cuidado!') no menos de tres millones de seres humanos fueron asesinados. La jovencísima Ana Frank, escritora del diario que le daría fama mundial, el padre de la logoterapia, Viktor Frankl, o el ex presidente de la República de Polonia Józef Cyrankiewicz, fueron algunos de los que vivieron en Auschwitz. Quizá fueran los relatos de los allí confinados, no todos supervivientes del Holocausto, los que dieron fama mundial al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, Patrimonio de la Humanidad desde 1979. Convertido en símbolo del exterminio judío a manos de los nazis, Auschwitz es, a día de hoy, tan sólo uno más de los numerosos campos de concentración que la Alemania de Hitler construyó durante la Segunda Guerra Mundial. El objetivo de todos ellos era poner en marcha lo que macabramente vino a llamarse 'La Solución Final', que el director Frank Pierson retrató a principios del siglo XXI en la película del mismo título. En funcionamiento desde principios de 1940 hasta principios de 1945, Auschwitz no es, a día de hoy, ni la sombra del horror que debieron experimentar sus prisioneros, ni transmite un ápice de la incredulidad que seguro vivieron los soldados soviéticos que lo hallaron. Aún así, sigue siendo un símbolo de lo que no debe olvidarse, objeto obligado de visita para el que pise Polonia. Al que lo haga, notará en la puerta de entrada un hueco. Es el objeto robado este viernes y que las autoridades polacas buscan. El ejemplo del cinismo que se esconde tras toda barbarie: el cartel con el lema 'El trabajo os hará libres'.