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LIBERACIÓN DEL ALAKRANA

Los piratas utilizaron la presión mediática para forzar el pago del rescate.

Por J. F. LAMATATiempo de lectura2 min
España17-11-2009

"¡Son piratas, son piratas!" Esas eran las últimas palabras que decían por radio los tripulantes del Alakrana el pasado 2 de octubre. Se había producido un nuevo secuestro de un barco pescador español en aguas somalíes. El barco se había alejado 400 millas del perímetro de protección, parece ser que para poder pescar más número. Ante el efecto mediático que suponía el secuestro de 36 tripulantes, el Gobierno respondió con un contra-efecto el 3 de octubre, cuando la fragata "Canarias" logra detener a dos de los piratas que acababan de abandonar el Alakrana.

El 4 de octubre el juez Baltasar Garzón instó a la abogacía del Estado, que actúa al dictado del Gobierno, a que le solicitara intervenir, así se lo hizo llegar al juzgado de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional cuyo titular es el propio juez Garzón. Este procedió a extraditar España a los dos piratas detenidos. Llegaron a Madrid el 12 de octubre, ese mismo día los piratas exigen la liberación de sus dos compinches o actuarán contra los rehenes. Uno de los extraditados, Adu Willy, desata una polémica sobre su edad, al no saberse si es menor o no. Los familiares actuaron en el más absoluto silencio por aquella época. Mediáticamente el asunto desapareció, pues los medios prefirieron dedicar sus mejores espacios al PP y a Caja Madrid. Tampoco el Gobierno intervino ni hizo ninguna declaración pública sobre el tema el presidente Rodríguez Zapatero. El giro mediático El 6 de noviembre, la situación explota repentinamente cuando los familiares comenzaron a llamar a todos los programas de radio y televisión para denunciar que el Gobierno les estaba engañando al decirles que todo iba bien. ¿El motivo? Los propios familiares les anunciaron por teléfono - siguiendo indicaciones de los piratas - que estos iban a matarles de tres en tres si no liberaban a los detenidos y pagaban la cantidad requerida: anuncian que los tripulantes Patxi Valadés, Antonio Pérez y Joaquín Fernández han sido bajados a tierra somalí, controlada por los piratas. Programas como Las Noticias Cuatro, Alto y Claro de Telemadrid, AR de Telecinco o El Gato al Agua de Intereconomía conectaron con los rehenes que repitieron esa idea por teléfono, ratificada igualmente por los familiares en esos mismos y en mas. Las tertulias echan humo sobre el motivo por el que la fragata permitió que ciudadanos bajarán a tierra. El Gobierno rompió su silencio ese mismo día para anunciar que todo estaba controlado. El 7 de noviembre se celebró una manifestación de protesta por el secuestro y la inoperancia del Gobierno encabezada por los familiares de las víctimas. La manifestación sigue el deseo de los piratas secuestradores de que se haga el mayor ruido posible. Los familiares acusan al Gobierno de "engañarles". El 10 de noviembre el propio José Luis Rodríguez Zapatero se reunió personalmente con los familiares, a la salida estos reconocen un pacto de silencio para no volver a hacer ninguna declaración en medios de comunicación. Al día siguiente entra en escena Francisco Javier Díaz Aparicio, abogado de los piratas extraditados aquí, que también se pasea de inmediato por todos los platós de televisión. El 12 el diario "ABC" asegura que fue contratado como abogado de los piratas por recomendación del CNI español. El 16 de noviembre termina la pesadilla. Los piratas logran su objetivo: más de dos millones, un posible buen trato futuro a sus dos compañeros y abandonan el Alakrana. El propio presidente del Gobierno comparece públicamente a felicitarse porque los piratas abandonaran el barco