EE.UU.
Obama cumple un año en la Casa Blanca con una pequeña caída en las encuestas
Por Miguel Martorell1 min
Internacional04-11-2009
Según una encuesta realizada por la CNN, un 54 por ciento de los estadounidenses aprueba la gestión que está realizando Barack Obama, una exigua mayoría que se cobra su precio especialmente entre las filas conservadoras. Sin embargo y más importante, un año después el presidente hace frente a la pérdida de dos Estados demócratas, Virginia y Nueva Jersey.
La encuesta realizada por la CNN poco preocupara a Obama. Como ha indicado el director de sondeos de la cadena, Keating Hollan, ese 54 por ciento de ciudadanos que aprueba su gestión es una cifra "casi idéntica" al 53 por ciento de los votos que obtuvo hace un año. En casi todas las categorías demográficas el porcentaje de apoyo a Obama ha variado unos escasos dos o tres puntos. Sin embargo, cuando los resultados se analizan por ideologías las cifras bailan mucho más. Entre los liberales, Obama ha conseguido aumentar su apoyo en 7 puntos, pero entre los conservadores ha caído 10 puntos. Y, aunque la tasa de aprobación es del 54 por ciento, sólo el 45 por ciento cree que tiene un plan para resolver los problemas del país. Una mayoría desaprueba su gestión en asuntos como economía, paro, inmigración y sanidad, y, aunque aprueba en política exterior, Afganistán e Irak obtienen notas muy bajas. Más preocupante para Obama será, en el aniversario de su llegada a la Casa Blanca, la pérdida de dos Estados demócratas en las últimas elecciones que se han celebrado en Nueva Jersey, un bastión de su partido, y Virginia, donde los republicanos vuelven al poder tras ocho años. Aunque desde la Casa Blanca han restado importancia a los resultados porque no pueden predecir "lo que pasará de aquí a un año" en las próximas elecciones legislativas, los republicanos han recuperado fuelle. Según los primeros análisis, los jóvenes y los afroamericanos -dos grupos que fueron claves a la hora de dar la victoria a Obama en 2008- no salieron a votar, mientras que el sector conservador, irritado por una política demasiado progresista, se habría movilizado en masa.