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REFORMA DEL ABORTO

Las españolas prefieren abortar a su hijo antes que darlo en adopción

Fotografía FOTO: Rafael García

FOTO: Rafael García

Por Silvia Álvarez-BuyllaTiempo de lectura3 min
Sociedad17-10-2009

La escena de la película de Annie, en la que la niña pelirroja de siete años se acurruca en la ventana de su cuarto, día tras día esperando a que una familia la reconozca como su hija, no se repite en España. Al menos, eso parece, porque las cifras de adopción nacional disminuyen cada año. Los niños adoptados ya no vienen de las calles españolas, sino que proceden de China, Rusia, Chile o El Salvador. Los españoles prefieren abortar antes que dar a su hijo a otra familia.

No hay niños adoptables en España. Las Comunidades Autónomas no cesan de decir que los menores abandonados disminuyen cada año. No obstante, 112.138 embarazos fueron interrumpidos voluntariamente en España en 2007, según datos del Ministerio de Sanidad y Consumo. Niños que no llegaron a nacer porque sus progenitores no podían o no querían hacerse cargo de ellos. Pocos se propusieron la adopción. A diferencia de otros países, ante un embarazo indeseado, son pocas las mujeres españolas que se plantean tener a su hijo y darselo a otros padres. “Aquí está mal visto tener un niño y dejarlo en un centro o darlo a otra familia. No obstante, para una mujer es mucho más traumático abortar. Ninguna quiere pasar por esa experiencia porque es un ser vivo al que le privamos de su derecho a vivir”, afirma una psicóloga de la Red de Madres de la Comunidad de Madrid que matiza que “las mujeres de otros países tienen un modo diferente de entender la vida y prefieren dar a luz a su hijo y entregárselo al hospital”. Por esta razón, poco a poco, los niños que son dados en adopción en España son hijos de mujeres inmigrantes. Aún así, la tasa de autos de adopción es de 12 niños por cada cien mil, según el Ministerio de Educación y Política Social. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, desde el año 1995, las cifras de menores entregados en adopción oscilan alrededor de los cincuenta casos anuales. “Durante la última década, el número de recién nacidos abandonados en la Comunidad o cuyas madres renuncian a ellos y por tanto son susceptibles de ser adoptados, ha ido experimentando un paulatino descenso hasta situarse en torno a los cincuenta casos por año”, afirma el Instituto Madrileño del Menor y la Familia. En 1997, cuando se abrió la veda con las adopciones internacionales, el alcance y repercusión de esta nueva puerta abierta fue todo un éxito. En sólo 12 meses el número de niños adoptados de fuera de España ya superaba al de los nacionales. Sin embargo, la diferencia fue haciéndose cada vez mayor. Fue a partir del 98 cuando se abrió una brecha que hoy en día es mayor que nunca llegando a su máximo punto en 2004 con 5.541 niños adoptados frente a los 824 nacionales. Actualmente, ha descendido el número de niños extranjeros en España por las nuevas trabas que han puesto algunos países para iniciar los procedimientos. Así, en 2007 eran sólo 3.648 los niños extranjeros adoptados. El problema no estriba en que las cifras de las adopciones internacionales hayan subido cuantiosamente, sino que el de las adopciones nacionales prácticamente ni se ha movido en los últimos ocho años y se mantiene en alrededor de 800 casos al año. El largo tiempo de espera, la gran inseguridad jurídica, las elevadas tasas de aborto y la poca cultura de dar en adopción así como el hecho de que muchos menores son dados en acogimiento, pero pocos son dados en adopción, ha provocado que las familias españolas opten por adoptar un niño de fuera del país.