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HONDURAS

El Ejército expulsa al presidente Manuel Zelaya

Por LaSemana.esTiempo de lectura2 min
Internacional28-06-2009

El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, fue secuestrado en el palacio presidencial de Tegucigalpa y expulsado del país hacia Costa Rica por un grupo de soldados del Ejército Nacional. La oposición del Ejército y de gran parte del espectro político del país al referendo convocado el mismo día para abordar una hipotética reforma constitucional ya hacía temer desde hace tiempo un acto de estas características.

Al final, hubo golpe militar. Apenas dos días después de que el jefe de las Fuerzas Armadas de Honduras, el general Romeo Vásquez Velásquez negara tajantemente que el Ejército estuviera planificando un pronunciamiento contra el presidente Manuel Zelaya por su oposición al referendo convocado por éste para abordar una reforma constitucional, un grupo de militares secuestró a Zelaya y lo expulsó a Costa Rica. El presidente hondureño fue detenido por un grupo de unos 200 sodados que alegaron que seguían las instrucciones una orden judicial que habría ilegalizado la consulta popular que el dirigente había convocado. Pese a que Vásquez Velásquez estuvo hace días a un paso de la destitución por las sospechas de Zelaya de que en el seno de la cúpula militar se fraguaba un golpe de Estado, el presidente hondureño se mostró confiado en sus Fuerzas Armadas. "He sido víctima de un secuestro de algún grupo de militares hondureños. No creo que el Ejército esté apoyando esta acción", dijo Zelaya desde San José, la capital costarricense, en declaraciones telefónicas al canal Telesur. "Lo ocurrido responde sólo a un complot de una élite muy voraz, una élite que lo único que está deseando es mantener al país aislado y con una pobreza extrema". Pese a todo, el malestar del Ejército, que ha acusado al presidente de querer perpetuarse en el poder para convertir el marco político del país en un sistema parecido al chavista en Venezuela, era manifiesto desde hacía meses. Pero no sólo el Ejército se oponía al referendo y el intento de reforma constitucional de Zelaya. La consulta había sido calificada de "farsa" por el Congreso, el poder judicial, quienes acusaban asimismo al presidente de querer cambiar el marco jurídico para poder reelegirse y perpetuarse en el poder, algo que él negó. Durante las horas posteriores al secuestro, el cielo de Tegucigalpa se encontraba nutrido de aviones militares sobrevolando la capital. Además, el Ejército cortó la electricidad de la capital y procedió a confiscar todo el material electoral para el referendo tales como urnas y octavillas. Las reacciones internacionales al secuestro del presidente no se hicieron esperar. La UE y Estados Unidos condenaron el pronunciamiento e instaron a resolver las diferencias políticas por el diálogo. Más duro sin embargo fue el presidente venezolano, Hugo Chávez, aliado de Zelaya, que calificó de “troglodita” el golpe de Estado y amenazó con entrar en guerra contra el país de confirmarse los rumores que circulaban acerca de otro posible secuestro de miembros del cuerpo diplomático de Cuba y Venezuela.