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El euro ya está aquí y no olvida su propia historia

Por Ana Romero VicenteTiempo de lectura2 min
Economía30-12-2001

Con la decisión de unificar Europa, poco a poco se fueron estableciendo medidas políticas y monetarias que asegurasen la libertad y el respeto a los derechos. La implantación del euro como moneda única cumple uno de estos fines democráticos, aunque conseguir integrarla no ha sido una tarea fácil.

Europa quedó destruida tras la segunda Guerra Mundial y a partir de este momento fueron surgiendo las primeras ideas para la Unificación Europea. El comienzo más importante fue con el Tratado de Roma (1957), que englobó a seis países bajo el nombre de Comunidad Económica Europea (CEE), que es lo que hoy conocemos por UE, formada ahora por 15 países. La primera moneda supranacional no fue el Euro, sino el ecu, aunque se quedó en el intento de ser la unidad monetaria europea, puesto que ni siquiera llegó a circular. En 1995 se celebró en Madrid una cumbre en la que los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la UE decidieron sustituir el ecu y denominarlo euro. Para participar en la Unión Monetaria Europea (UME) se exigieron cinco condiciones: - No superar en un 1,5 por ciento la media de los tres países con menor inflación. - Los tipos medios de interés a largo plazo durante un periodo de un año, no debían superar en más de dos puntos porcentuales los de los tres países con inflación más baja. - Tener un déficit presupuestario inferior al tres por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) - La deuda pública no debía superar el 60 por ciento del PIB. - Pertenecer al Sistema Monetario Europeo sin haber tenido devaluaciones en los dos últimos años. En 1998, se aprobó introducir el euro, a partir del 1 de enero de 1999, en once Estados europeos: Bélgica, Alemania, España, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Holanda, Austria, Portugal y Finlandia. El euro en Grecia se estableció un año más tarde, ya que no consiguió cumplir todos los requisitos a la primera. De forma voluntaria tres países, pertenecientes a la UE, decidieron no participar en la moneda única. Se trata de Reino Unido, Dinamarca y Suecia. Como quedó establecido por el Parlamento y el Consejo europeo, a partir del día 1 de enero del 2002 se empezará a convivir con el euro, divisa que tendrá una vigilancia permanente del Banco Central Europeo, que se encargará fundamentalmente de mantener estabilidad en los precios.