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UNIÓN EUROPEA

Se aprueba la Carta de Derechos Fundamentales pese a las protestas

Por Iara MantiñánTiempo de lectura2 min
Internacional16-12-2007

Europa tiene un grave problema a la hora de constituir o crear algo nuevo común para los países de la Comunidad. Así pasó con el fallido Tratado de Constitución Europea, y lo mismo está ocurriendo recientemente con la Carta de Derechos Fundamentales firmada en el Tratado de Lisboa, obstaculizada por las protestas de los europarlamentarios de Reino Unido y Polonia que exigen el Referéndum.

El acto de proclamación solemne de la Carta de Derechos Fundamentales ante el pleno de la Eurocámara en Estrasburgo, el pasado 13 de diciembre, quedó ensombrecido por las protestas de los parlamentarios euroescépticos británicos y polacos, que interrumpieron los discursos del primer ministro portugués y presidente de turno de la UE, José Sócrates, y del presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, y exigieron con gritos, camisetas y pancartas referendos para que los ciudadanos se pronuncien sobre el nuevo Tratado de Lisboa. La principal ventaja que aporta la Carta de Derechos, ratificada en el Tratado de Lisboa, es recoger en un único texto el conjunto de derechos civiles, políticos, económicos y sociales de los ciudadanos europeos y que sea jurídicamente vinculante, aunque contempla excepciones para Reino Unido y Polonia. Equivalente a una "ley fundamental" La Carta de Derechos Fundamentales no es nada nuevo, el texto se aprobó en el año 2000 pero hasta ahora sólo ha tenido un valor jurídico, es decir no era obligatoria para los estados miembros. Además, servía como valor divulgativo, para enseñar en un único texto a los países extranjeros, cómo funcionaban las libertades democráticas en los países de la Comunidad. En el Tratado de Lisboa se ha intentado fortalecer este texto y hacer de él, una Ley Fundamental, vinculante a todos los miembros menos a Reino Unido y Polonia. La firma de la Carta, no se incluirá como anexo al Tratado de Lisboa, como se había barajado inicialmente, sino que, a petición de la Eurocámara, se publicará por separado en el Diario Oficial de la UE para garantizar una mayor visibilidad. El primer ministro portugués, José Sócrates, resaltó además que, gracias al Tratado de Lisboa, la Carta tendrá un valor jurídico equivalente al de una "ley fundamental" y servirá como "guía de orientación" a la UE en su política exterior. "En este mundo globalizado en el que muchos defienden que las normas económicas y financieras son algo absoluto, el hecho de que 27 países europeos reiteren el compromiso firme con los derechos fundamentales constituye una contribución importantísima a la regulación de la globalización", destacó. La gran característica de esta Carta es su modernidad, además de proteger los derechos clásicos del ciudadano, recopilados en 54 artículos divididos en seis secciones -dignidad, libertad, solidaridad, igualdad, ciudadanía y justicia-, contempla los novedosos "derechos de tercera generación" sobre cuestiones de actualidad como la protección de datos, la bioética o el buen gobierno.