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PERIODISMO

Detenidos dos periodistas por intentar colocar una falsa bomba en Londres

Por Silvia Álvarez-Buylla MartínezTiempo de lectura1 min
Comunicación30-07-2007

El fin justifica los medios. Al menos eso es lo que piensa el diario sensacionalista Daily Mirror que para comprobar los sistemas de seguridad de los trenes londinenses decidió enviar a dos periodistas para que colocarán allí una bomba falsa. El resultado: la detención de los informadores.

Ya lo había hecho antes. Daily Mirror ya había comprobado la seguridad de los trenes de Londres colocando falsas bombas y viendo lo que sucedía. En anteriores ocasiones, demostraron la falta de medidas de seguridad ya que pudieron instalar un artefacto explosivo falso en un tren cargado con basura nuclear y una bomba falsa en otro tren que transportaba explosivos del Ejército del Reino Unido que iban a ser enviados a las tropas desplegadas en Irak y Afganistán. Sin embargo, esta vez no han conseguido llevar a cabo la operación. Los dos periodistas encargados de colocar una falsa bomba en el metro fueron detenidos por la Policía en Stonebridge Park, al noroeste de Londres. Una portavoz de la Policía Británica de Transporte (BTP) precisó que los periodistas fueron detenidos bajo sospecha de entrar sin permiso en una propiedad privada y conducidos a una comisaría cercana. Desde el Daily Mirror, un portavoz afirmó que los informadores pretendían poner a prueba la seguridad de los trenes británicos con "un ejercicio periodístico legítimo y justificado". "Estamos contentos de ver que los mecanismos hayan sido mejorados" desde el último experimento, agregó el portavoz del periódico. Esta detención pone de manifiesto que, en ocasiones, se sobrepasan los límites del periodismo de investigación. Al contrario de lo que piensa el rotativo Daily Mirror, el fin que se pretende conseguir no debe justificar los medios que se utilicen para alcanzarlo. En este caso, la forma de investigar las medidas de seguridad de los trenes fue la más fácil, pero no la más correcta. Y el resultado que se pretendía obtener no era sino un producto sensacionalista más que el periódico quería vender con grandes titulares e imágenes llamativas.