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ETA

Zapatero y Rajoy acuerdan caminar juntos para derrotar al terrorismo

Fotografía
Por Antonio PérezTiempo de lectura4 min
España15-06-2007

La reunión entre los dos principales líderes políticos españoles parecía que iba a resultar infructuosa pero, contra todo pronóstico, el PSOE y el PP acordaron dejar a un lado sus diferencias y los reproches vertidos en los últimos meses para trabajar en la derrota del terrorismo. Sin embargo, a pesar del consenso, ninguno de los dos partidos han cambiado sustancialmente su discurso.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, había augurado en una entrevista televisiva que no esperaba mucho de su próximo encuentro con el líder de la oposición, Mariano Rajoy. Después de criticar la labor llevada a cabo por el PP desde que el PSOE llegara a La Moncloa, -una estrategia en gran medida centrada en atacar al Gobierno por su política antiterrorista, especialmente desde que el alto el fuego permanente de ETA facilitó los contactos entre los socialistas vascos y los miembros de Batasuna-, los puentes entre los socialistas y los populares parecían insalvables. Sin embargo, tanto Rodríguez Zapatero como Rajoy decidieron dejar a un lado sus diferencias y trabajar de manera conjunta para derrotar a ETA, o al menos así lo manifestaron públicamente después de reunirse durante hora y media en su primer encuentro desde que la banda terrorista anunciara la ruptura oficial de su tregua. La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, celebró el acercamiento de posturas y llegó a afirmar que “no hay que darle a ETA la oportunidad de aprovechar nuestras discrepancias políticas en la lucha contra el terrorismo, sino buscar y trabajar en lo que nos une” y el propio Rajoy también abogó por iniciar una nueva etapa: “No le he puesto ninguna condición al Gobierno”, subrayó, a la vez que aseguró que estará “detrás del Gobierno para derrotar a ETA”. El cambio de postura, obligado después de que las nuevas circunstancias hagan factible futuras acciones de la banda terrorista, ha supuesto un giro importante que ha influido en el nivel de crispación política que ha predominado en los últimos meses. De hecho, la política antiterrorista ha dejado de ser, en apenas unos días, uno de los asuntos principales que la oposición utilizaba contra el Gobierno. Ni siquiera en la sesión de control posterior a la reunión entre los dos líderes se empleó ni se realizó ninguna pregunta directa sobre las actuaciones del Ejecutivo en esta materia, que en los últimos meses se había convertido en algo habitual. Respecto a las formas, por lo tanto, ambos partidos muestran una imagen de unidad democrática frente al terrorismo, pero lo cierto es que, a pesar de esta aparente coincidencia en los objetivos comunes entre PP y PSOE, ninguno de las dos formaciones ha variado de manera sustancial su discurso. Rajoy ha defendido que si el Gobierno es “implacable”, tal y como ha afirmado que será Rodríguez Zapatero, estará a su lado en la derrota contra el terrorismo, algo que ha venido diciendo desde el inicio del alto el fuego permanente decretado por ETA en marzo del año pasado. De hecho, llegó a considerar que el presidente no tiene “excusas” para no volver al Pacto antiterrorista del que, según el PP, se habían alejado durante el proceso de paz. Por otra parte, el Ejecutivo socialista condicionó el diálogo con la banda terrorista a un clima exento de violencia, algo que finalizó en el pasado mes de diciembre, cuando ETA atentó en la T-4 de Barajas, en Madrid, donde murieron dos ciudadanos ecuatorianos. El nuevo cambio de postura del Gobierno ya ha tenido consecuencias inmediatas En el nuevo contexto, el Gobierno dio por roto el diálogo pero, como en teoría el alto el fuego permanecía vigente, se había mantenido a la espera de los nuevos movimientos de la banda. Una vez confirmado que no pretende seguir adelante con el proceso de paz, después del comunicado de ruptura de la tregua publicado a comienzos de este mes, de manera oficial, se incumplen las condiciones necesarias para llegar a acuerdos entre los agentes implicados. Por lo tanto, la nueva política antiterrorista ya ha tenido consecuencias inmediatas: la detención de varios miembros de ETA, el encarcelamiento de uno de los líderes de Batasuna, Arnaldo Otegi, y la vuelta a prisión del etarra Iñaki de Juana Chaos. A pesar de esto, el Gobierno sigue teniendo el aval del Congreso para dialogar con los terroristas en un ambiente en el que no haya violencia ni amenazas, algo que dejaría la puerta abierta para iniciar un nuevo proceso de paz en el futuro. Con esta nueva postura de vuelta al consenso, los dos partidos se acercan de nuevo, al menos ante la opinión pública, a la posición adoptada por ambos en la firma del Pacto por las Libertades y contra el terrorismo en 2000, cuando José María Aznar era presidente del Gobierno y Rodríguez Zapatero líder de la oposición. Zapatero, además, acordó en la reunión con Rajoy mantener una línea de comunicación permanente sobre los resultados en la política antiterrorista del Gobierno. El presidente también ha solicitado el apoyo del resto de las fuerzas políticas en el Parlamento ante la nueva actitud de ETA. En este sentido, Izquierda Unida propuso un nuevo pacto que incluyera a todas las fuerzas, pero el presidente consideró que “no es el momento de nuevos pactos”, sino de “asegurar la unidad”.