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SUDÁN

EE.UU. aumenta las sanciones al Gobierno sudanés

Por J. F. Lamata MolinaTiempo de lectura1 min
Internacional01-06-2007

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, anunció la semana pasada que va a aumentar las sanciones contra Sudán, que, en la práctica, supondrán un estricto control de sus empresas petrolíferas. Bush justificó la medida por los crímenes cometidos por el Gobierno sudanés.

Las relaciones de Sudán con Estados Unidos nunca han sido demasiado buenas. Bush incluyó al país en la lista de estados que apoyan el terrorismo, la misma en la que se encuentran Irán, y considera al dictador sudanés, Omar Asan Ahmed Al Basir, un aliado de Al Qaeda. De hecho, Sudán ya había sufrido bombardeos estadounidenses antes del 11-S bajo esta acusación. Ahora, la Casa Blanca aumenta la presión bajo la excusa del conflicto de Darfur, un genocidio prácticamente ignorado por Occidente y en el que podrían haber muerto 400.000 personas en los últimos ocho años en los enfrentamientos entre la población musulmana y la negra. Las sanciones de EE.UU. restringen los negocios con empresas de Sudán. El dictador sudanés, Omar Asan Ahmed Al Basir, en el poder desde hace casi 20 años, ha acusado a Bush de querer distraer la atención de sus crímenes en Iraq y Afganistán y añade que esa medida perjudicará a compañías azucareras y otros comercios que no tienen ninguna responsabilidad en lo ocurrido. George W. Bush, además, ha anunciado que buscará una resolución de Naciones Unidas contra Sudán que incluya el embargo de armas al país y restricciones en el vuelo de aviones. La petición de Bush ha provocado polémica en diferentes sectores que ven una incoherencia lo solicitado por EE.UU., país al que acusan de ser el primero en incumplir las resoluciones de la ONU. Éstos también afirman que si Washington quiere realmente luchar contra los criminales sudaneses no debería oponerse a la Corte Penal de La Haya, que intenta juzgar a los genocidas de Darfur como el ministro Ahmad Mohamed Harun. Y es que son muchas las voces que creen que el reconocimiento por parte de EE.UU. de este tribunal internacional tendría más valor que muchas sanciones.