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PAKISTÁN

Un grupo de islamistas se convierte en la mafia de Islamabad

Por Luis Miguel L. FarracesTiempo de lectura2 min
Internacional27-05-2007

El Chicago de los años 20 parece despertar en Islamabad. Desde hace meses un nutrido grupo de islamistas se reúne en la Mezquita Roja de la capital paquistaní, un centro de operaciones desde el cual intentan imponer la sharia o ley islámica, a la población civil. Su lucha ideológica le ha llevado a cometer secuestros de policías, quema de locales contrarios a sus enseñanzas y demás amenazas al más puro estilo mafioso. Sus amenazas han llegado incluso a sacudir al Gobierno, en el cual una ministra ha dimitido después de abrazar en público a un hombre.

La titular de Turismo, Nilofar Bakhtiar, abrazó a su profesor de parapente en público hace apenas unos días. Su libertario desmán supuso la promulgación de una fatwa o sentencia de un tribunal islámico, por parte de la familia de la Mezquita Roja. La falta de apoyo dentro de su partido, más empeñado en apaciguar los ánimos entre los islamistas cediendo a algunas de sus peticiones, llevó a Bakhtiar a presentar su dimisión. Su formación además reaccionó apartándole del liderazgo de la sección femenina, hecho que acabó por catapultar la salida de la ministra del Ejecutivo. Así, las actividades de los eruditos de la Mezquita Roja se cobraron la que ya es su primera víctima política. La Mezquita Roja ha sido en los últimos años un símbolo del conservadurismo religioso más exacerbado de Islamabad y ha sido sede de multitud de protestas y manifestaciones más o menos pacíficas. No obstante, en los últimos meses el modus operandi de los seguidores de los clérigos islamistas se ha radicalizado. Entre sus obras más recientes se encuentran el secuestro del propietario de un prostíbulo, la ocupación de una librería para niños y diversos ataques y quemas contra tiendas de vídeo. Pero quizás el pulso más crítico contra la autoridad tuviese lugar hace apenas unas semanas, cuando los radicales respondieron a la detención de uno de los suyos con el secuestro de cinco policías. El islamista detenido se trataba de un ex ayudante del líder de Al Qaeda Osama Bin Laden al que las Fuerzas de Seguridad paquistaníes pusieron finalmente en libertad para rescatar a los policías retenidos. Un caso especialmente grave si se tiene en cuenta que el presidente del país, Pervez Musharraf, es uno de los ayudantes capitales de Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo. Precisamente en Paquistaní, en la provincia de Kandahar, bastión de los grupos talibanes, se sospecha que se encuentra refugiado el propio Bin Laden.