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ORIENTE PRÓXIMO

Crece la diplomacia en favor del diálogo entre palestinos e israelíes

Por Salvador Martínez MásTiempo de lectura4 min
Internacional01-04-2007

Los periodistas representados por el Sindicato de Periodistas Palestinos boicotearán esta semana todas las informaciones que tengan como origen la Autoridad Nacional Palestina (ANP) que dirigen el presidente y líder del partido Fatah, Mahmud Abbas, y el primer ministro palestino y dirigente de la formación islamista, Hamas, Ismael Haniya.

Los profesionales de la información protestan por los escasos esfuerzos de la ANP en la búsqueda de Alan Johnston, el corresponsal de la cadena BBC en los territorios ocupados de Palestina secuestrado hace casi un mes en la Franja de Gaza. La inseguridad en este territorio palestino situado al sur de Israel y a orillas del mar Mediterráneo es un grave problema, tanto que en la prensa israelí se pudo leer la semana pasada que Gaza se ha convertido en “la Somalia palestina”, una clara alusión al “Estado fallido” del cuerno de África. No cabe esperar que el nuevo ministro del Interior palestino, Hani Kawasmeh, logre resolver el hecho que la Franja de Gaza, según Avi Issacharoff, el corresponsal del diario israelí Haaretz, se haya convertido en un lugar regido por el “intercambio de sangre, los asesinatos retribuidos, la pobreza, el desempleo, y las violentas confrontaciones entre lealtades políticas y familiares”. Siendo la situación de la Franja de Gaza, un a priori en la comprensión del estado actual del conflicto israelo-palestino, se entienden las palabras que el periodista israelí especializado en la actualidad de territorios ocupados dedicaba a Condoleezza Rice, secretaria de Estado estadounidense: “Tal vez, Rice comprende que incluso un acuerdo de Paz entre Israel y el mundo árabe es más realista que la restauración de la paz en las calles Gaza”. Rice visitó Oriente Próximo la semana pasada precisamente en busca de un relance del diálogo entre israelíes y palestinos. En su cuarta visita a Tierra Santa en los últimos cuatro meses, la jefa de la diplomacia de EE.UU. cenó con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, en su domicilio de Jerusalén; visitó a Abbas en la capital de facto palestina, Ramala y, según declaró Rice el martes pasado, logró convencer a ambos de la conveniencia de que se citen dos veces al mes. No obstante, en palabras de Rice: “no estamos todavía en unas negociaciones sobre el estatus final” de la convivencia entre Israel y un Estado palestino aún pendiente de creación. El “estatus final” al que se refería Rice estuvo en el centro de la reunión que mantuvieron los países de la Liga Árabe en la Cumbre anual que esta organización internacional celebró los pasados miércoles y jueves. Esa reunión, celebrada en Riad, la capital de Arabia Saudí, fue presentada como “la Cumbre de la última oportunidad para la paz” pues en ella se ofreció de nuevo a Israel el “plan de paz” árabe. “La nación árabe”, término grandilocuente empleado por el monarca saudí, Abdalá Ben Abdel Aziz, en el discurso de inauguración de la cita, planteó a la Comunidad Internacional, una vez más, el plan de paz árabe firmado en Beirut en 2002, según el cual, los estados árabes -todos menos Libia- normalizarían sus relaciones con Israel a cambio de la retirada de los territorios palestinos que el Estado israelí ocupa desde hace 40 años, cuando acabó la guerra de los seis días en junio de 1967. A finales de la semana pasada, Olmert evocó la posibilidad de que pudiera tomar la mano que le tendieron la casi totalidad de los países de la Liga Árabe, al afirmar que podría reunirse con todos los representantes árabes “moderados”. El primer ministro israelí hizo esta declaración tras reunirse con Ángela Merkel, la jefa del Gobierno alemán además de actual presidenta del Consejo Europeo, la organización de la Unión Europea (UE) que reúne a los jefes de Estado y de Gobierno. Olmert contradijo así al viceprimer ministro israelí, Simón Peres, quien afirmaba en una entrevista aparecida el viernes pasado en Haaretz, que si “Israel aceptaba las condiciones” de la iniciativa árabe “las negociaciones ya no tenían razón de ser”. Poco o nada hace pensar que la visita de Merkel haya hecho cambiar de opinión al jefe de Gobierno israelí. Es más, se sabe que las relaciones entre la UE y Israel no pasan por su mejor momento. La razón del enfriamiento: la voluntad expresa de la UE de mantener relaciones con los ministros del Gobierno de unión nacional de la ANP que no sean integrantes de Hamas, la formación política mayoritaria en el Parlamento palestino que no reconoce el derecho de Israel a existir y que no niega la “resistencia” o el “terrorismo” como método de lucha contra la ocupación israelí.