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AFGANISTÁN

La OTAN asume el mando de las tropas desplegadas en suelo afgano

Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional01-10-2006

En un momento en el que la resistencia talibán en Afganistán alcanza cotas realmente preocupantes para las tropas multinacionales allí destacadas, Estados Unidos ha cedido el mando de su contingente a la OTAN. La Alianza Atlántica se hará cargo así de la seguridad en todo el país asiático, con más de 32.000 soldados de 37 naciones desplegados en todo el territorio afgano.

Tras ser discutida por los ministros de Defensa de la Alianza Atlántica durante un encuentro informal que mantuvieron en Portoroz, al Sur de Eslovenia, la decisión fue tomada por silencio administrativo. Así, deberá ser refrendada en los próximos días de forma oficial por la OTAN, según informó el portavoz de la Alianza, James Apparthurai, que añadió que la ampliación se escenificará mediante un simple cambio de insignias de las tropas de EE.UU. en Afganistán. Con esta decisión, los 12.600 soldados estadounidenses que desarrollan la Operación Libertad Duradera en Afganistán pasarán a ser comandados por la Fuerza de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF). No obstante, EE.UU. no ha transigido tampoco en este caso dejar a sus tropas bajo mando extranjero y el general británico David Richards cederá su puesto a su homólogo estadounidense James L. Jones en febrero. La ampliación, que ya estaba prevista pese a no tener fecha y las reticencias de los países que conforman la ISAF, llega en un momento crítico. En los últimos meses se ha vivido un incremento considerable de la resistencia de los talibán en el país, especialmente en el Sur y Este del país. Dicho recrudecimiento empezó a hacerse más patente a raíz de la expansión de las tropas estadounidenses hacia el Sur, con el objetivo de aislar a la resistencia de las zonas “pacificadas”. Con todo, la misión de la ISAF, que cuenta con unos 20.000 soldados de 37 países –11 de los cuales no pertenecen a la OTAN- se verá ampliada con los 12.600 militares estadounidenses que hasta ahora han estado desarrollando las labores más duras en Afganistán, de persecución y captura de talibanes. Además, la decisión de la Alianza Atlántica incluye nuevas dotaciones de helicópteros, aviones de vigilancia y transporte por parte de EE.UU. e importantes cantidades de equipamiento militar para el Ejército afgano a cuenta de la ISAF. Tras hacerse pública la decisión, el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, consideró que "con las fuerzas enemigas en Afganistán se debe actuar de manera más concluyente. Afganistán no puede volver a ser un trampolín del terrorismo internacional". Las negociaciones para la ampliación se dilataron varias semanas por la negativa de países europeos a suministrar más combatientes, pero finalmente cedieron a las presiones del resto de la Comunidad Internacional, encabezadas por EE.UU. En las últimas semanas, la violencia se ha cobrado la vida de cuatro soldados canadienses en Afganistán. Ocurrió el pasado día 19, cuando un suicida con una bicicleta cargada de explosivos se lanzó contra un destacamento militar, precisamente un día después de que el mando castrense canadiense declarase la zona libre de talibanes.