Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

FÚTBOL

De la prensa a los tribunales en poco más de dos meses

Por LaSemana.esTiempo de lectura3 min
Deportes14-07-2006

La sentencia de la Comisión de Apelación tan sólo es el penúltimo paso de un proceso que se ha alargado durante más de dos meses, y que todavía está sujeto a las apelaciones. Sin embargo, éstas se deben resolver antes del 25 de julio, fecha en que termina el plazo para la inscripción de equipos en las competiciones organizadas por la UEFA.

El 2 de mayo, el periódico La Gazzetta dello Sport publica un escándalo acerca de las escuchas telefónicas para amañar las designaciones arbitrales. La Federación Italiana (FIGC) anuncia la apertura de una investigación y en apenas dos días salen a la luz los nombres de Luciano Moggi, director general del Juventus, Antonio Giraudo, administrador delegado, y del vicepresidente de la Federación Italiana (FIGC) Innocenzo Mazzini. Luego, el 6 de mayo, un tribunal de Nápoles imputa a Moggi y a su hijo Alessandro –agente de jugadores– bajo la acusación de asociarse para delinquir. La bola de nieve se cobró, el 8 de mayo, la dimisión del presidente de la FIGC, Franco Carrazo, a quien sustituye el vicepresidente Giancarlo Abete. Para el 10 de mayo el número de implicados había ascendido a nueve equipos de la Serie A y B –la primera y segunda división italianas– y el número de investigados ya alcanzaba la cincuentena. Ello provocó la dimisión de Mazzini. El árbitro Massimo de Santis se añade a las investigaciones el día siguiente, al mismo tiempo que salta un escándalo por apuestas irregulares que implica al Parma y a jugadores como Gianluigi Buffon, Mark Luliano, Enzo Maresca y Antonio Chimenti. El 12 de mayo se conoce que 19 partidos de la Serie A y uno de la Serie B son sospechosos de amaño, y en ellos se implica a Juventus, Milán, Fiorentina y Lazio. Mientras, Moggi y Giraudo son investigados por el secuestro –al dejarlo encerrado en los vestuarios, bajo llave, tras el partido entre el Reggina y el Juventus, en noviembre de 2004– al árbitro Gianluca Paparesta. El 13 de mayo, la FIGC retira la internacionalidad al árbitro De Santis y a los asistentes Marco Ivaldi y Alessandro Griselli, así como a los ex designadores Paolo Bergamo y Pierluigi Pairetto. Dos días más tarde, tras el scudetto del Juventus, Moggi acude a Roma para ser interrogado, al igual que harían el 16 de mayo Adriano Galliani, los entrenadores Carlo Ancellotti, y Roberto Mancini, la administradora delegada del Roma, Rosella Sensi, y el ex árbitro Pierlugi Collina. Mientras, en la FIGC, Guido Rossi era nombrado nuevo comisario, mientras que Italo Pappa, jefe del departamento de investigación, presentaba su dimisión. Su sustituto será Francesco Saverio Borelli. El 25 de mayo, Bergamo era interrogado durante más de ocho horas en la Fiscalía de Nápoles. A principios de junio, Borelli –uno de los impulsores de la investigación– comparece como testigo contra el ex árbitro Riccardo Pirrone, denunciado varias veces por amañar sorteos de partidos. Ello sucede en vísperas de que, el 5 de junio, se pongan en marcha oficialmente los interrogatorios en el Federcalcio, que durarán dos semanas. El Sampdoria entra por sorpresa, aunque de manera marginal. Su trabajo se recoge en una relación de 190 páginas entregada al fiscal federal Stefano Palazzi. El plazo para dictar la sentencia de primera instancia vencía el 14 de julio, y el presidente del comité de apelación, el ex presidente de la Corte Constitucional Cesare Ruperto –que a mediados de junio sustituyó al magistrado Cesare Martellino, investigado por abuso de poder en la Fiscalía de Nápoles–, lo aplazó hasta última hora para evitar interferir en la cotización bursátil de Juventus y Lazio, así como para evitar el riesgo de alteraciones del orden público por las eventuales reacciones de los aficionados más radicales. Las defensas disponen de tres días de plazo para presentar apelación. Para el 20 y 21 de junio se prevé que dé comienzo el proceso de apelación en la Corte Federal, presidida por Piero Sandulli. La sentencia definitiva se deberá dictar en un plazo máximo de cuatro días, ya que el 25 de julio es el último día hábil para que la UEFA admita la lista de inscritos en las competiciones europeas de clubes.