SUBASTA
Frida Kalho, con sus raíces, bate redords de venta en Nueva York
Por Alba R. Santos2 min
Cultura28-05-2006
Un autorretrato de Frida recostada en el suelo sobre un paisaje estéril y rocoso es la obra de arte latinoamericana pagada al mayor precio. La cifra ha alcanzado los 5.6 millones de dólares en una subasta organizada por la firma Sotheby´s en Nueva York.
Reclinada en un paisaje estéril y rocoso, echando al suelo raíces que salen de su cuerpo y que fluyen en un simbolismo que representa su vida, Frida Kalho terminó en 1.943 este cuadro "Raíces" que esta semana ha entrado a formar parte de la lista de los récords de precios. La pintura se terminó tras la segunda boda de la artista mexicana con el también muralista Diego Rivera, gran amor de su vida, después de varios años de separación y sufrimiento. Simboliza, por lo tanto, el amor y el reencuentro tras varios años de sequía emocional en una metáfora pictórica sobre la vida y el amor en un marco de 30 por 50 centímetros. El anterior récord de arte latinoamericano se alcanzó en el 2000, fecha en la que se pagaron cinco millones de dólares por el "Autorretrato" de la misma autora, en una subasta que también organizó la Sotheby´s. Del nuevo dueño de la famosa obra se desconoce la identidad, ya que realizó la adquisición por vía telefónica. La pintura había permanecido durante dos décadas en una colección estadounidense que fue exhibida pro última vez en el 2005, en una retrospectiva de Kahlo realizada en la Tate Modern de Londres. Y es que los cuadros de Frida son todo un icono para los amantes del arte latinoamericano; sus cuadros representan fundamentalmente su experiencia personal: los aspectos dolorosos de su vida, que transcurrió en gran parte postrada en una cama, son narrados a través de una imaginería gráfica. Expresa la desintegración de su cuerpo y el terrible sufrimiento que padeció en obras como La columna rota (1944, colección Dolores Olmedo, Ciudad de México), en la que aparece con un aparato ortopédico de metal y con el cuerpo abierto mostrando una columna rota en lugar de la columna vertebral. Su dolor ante la imposibilidad de tener hijos lo plasma en Hospital Henry Ford (1932, colección Dolores Olmedo), en la que se ve a un bebé y varios objetos, como un hueso pélvico y una máquina, diseminados alrededor de una cama de hospital donde yace mientras sufre un aborto. Retales de una vida que conquistan al amante del arte y que la llevan, una vez más, a encabezar las listas de ventas latinoamericanas.