CICLISMO

Basso se viste de líder con la llegada de la montaña

Por LaSemana.es3 min

Deportes14-05-2006

Tras una semana sin demasiados sobresaltos, la montaña hizo acto de presencia en las dos últimas etapas del Giro de Italia. Ahí, los favoritos empezaron a mostrar sus cartas, y el más fuerte resultó ser Ivan Basso. El italiano del CSC dio una exhibición en el pico de la Maielletta, puerto final de la octava etapa, y se adueñó del maillot de líder. El español José Enrique Gutiérrez dio la sorpresa al situarse segundo en la general, por delante de Damiano Cunego, el otro gran aspirante al triunfo.

En la tercera etapa, de 202 kilómetros y disputada entre las localidades belgas de Perwez y Namur, el alemán del Gerolsteiner Stefan Schumacher se alzó con la victoria y con el liderato en la general. En un recorrido más propio de una clásica, con un final muy duro en el que hizo acto de presencia el pavés, tanto los favoritos al triunfo final como los sprinters se vieron relegados por los especialistas. El español José Luis Rubiera también salió beneficiado por el recorrido y finalizó segundo a dos segundos del vencedor. Una caída de Alessandro Petachi le obligó a retirarse. Schumacher no tuvo problemas para mantener la maglia rosa en la cuarta etapa, que se resolvió al sprint. Después de 193 km. entre las ciudades de Wanze y otón, todavía en territorio belga, y tras neutralizar una fuga de cinco corredores que duró 166 km., el australiano Robbie McEwen (del Davitamon Lotto) no halló rival. Tras una jornada de descanso para trasladarse a suelo italiano, tuvo lugar la contrarreloj por equipos, disputada sobre 38 km. sin desniveles entre Piacenza y Cremona. En ella, el CSC logró el mejor tiempo, aunque con sólo un segundo de ventaja sobre el T-Mobile. El equipo danés empezó muy fuerte, pero el alemán le fue recortando diferencias poco a poco. Al final, el CSC logró mantenerse, pero el buen tiempo de los teutones les permitió situar al ucraniano Sergey Honchar como líder de la general. Tercero acabó el Discovery Channel a 39 segundos. Al día siguiente, de nuevo, McEwen demostró que se ha quedado sin rivales en las llegadas apretadas y se impuso después de 227 km. entre Busseto y Forli. Euskatel se convirtió en uno de los protagonistas de la etapa al intentar varias escapadas, pero ninguna cuajó. La más consistente –formada por el español Andoni Aranaga (Euskaltel Euskadi), el ucraniano Sergey Matveyev (Panaria) y el francés Christophe Edaleine (Crédit Agricole)- fue neutralizada a 20 km. de la meta gracias al trabajo del equipo del líder, que pese a todo, perdió el maillot rosa en detrimento de su compañero Olaf Pollack. El alemán finalizó segundo en el sprint y se benefició de las bonificaciones. En la séptima etapa -236 km. entre Cesena y Saltara- se llegó por fin a la montaña. El último puerto de entidad de la etapa, el Monte Cesane, hizo estragos con desniveles de hasta un 18 por ciento, y muchos favoritos –entre ellos Basso- quedaron descolgados del grupo de cabeza. El belga Rik Verbrugghe coronó en primer lugar y, tras una bajada de infarto atacó a dos kilómetros para la llegada. La jugada le salió bien y se adjudicó la etapa, 14 segundos por delante de los italianos Paolo Savoldelli, Luca Mazzanti y el español José Enrique Gutiérrez (del Phonak). La octava etapa, la primera con final en alto, sirvió para que los gallitos comenzaran a mostrarse. Tras un recorrido casi plano de 171 km., en el puerto de la Maielletta quedaron sólo los mejores. Tras neutralizar una fuga de nueve corredores, el CSC de Basso comenzó a marcar el ritmo. A falta de cuatro km. Cunego demarró y dejó atrás a Savoldelli, Gilberto Simoni (del Saunier Duval) y Danilo di Luca (del Liquigas), pero no a Basso. Después de unos metros de tanteo, Basso tiró y no paró. El del CSC cruzó la meta con 30 segundos de ventaja sobre Cunego y se vistió la maglia rosa. Tercero entró el español Gutiérrez, que se situó segundo en la general.