Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

MEDIO AMBIENTE

Chernóbil conmemora los 20 años del desastre nuclear

Fotografía
Por Maite NúñezTiempo de lectura2 min
Sociedad26-04-2006

Cáncer, afecciones coronarias, insuficiencias inmunológicas. Son las consecuencias de la catástrofe nuclear de Chernóbil (Ucrania). Un escape de material radiactivo acabó con la vida de miles de personas. En los próximos años podrían morir más de 100.000 personas a causa del escape radiactivo más letal de la historia.

El 25 de abril de 1986 dos explosiones acabaron con el bloque cuatro de la central nuclear de Chernóbil a causa de un experimento mal planeado, en el que se ajustaron los monitores a unos niveles de potencia muy bajos, de forma que la potencia se mantuviera entre los 700 y los 1000 megavatios, pero la potencia descendió hasta 30, un nivel altamente peligroso. El experimento se descontroló y se produjo una gran explosión que lanzó fuera de la central fragmentos de grafito y combustible nuclear que contaminó de polvo radiactivo la atmósfera. Las consecuencias serían letales para miles de personas. Tras la explosión más de 250 personas comenzaron a mostrar síntomas del Síndrome de Irradiación Aguda. Además, 31 personas murieron durante el accidente. Asimismo, los médicos comenzaron a detectar casos de cáncer de una forma extrema. Los expertos aseguran que aquel material radiactivo liberado fue 200 veces superior al de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, lo que ha convertido a Chernóbil en la catástrofe más grave de la historia, que dejó entre 30.000 y 300.000 muertos. Pero, además, Chernóbil ha dejado a su paso serias secuelas para la población, y no sólo el cáncer ha sido el desencadenante de enfermedades y muertes, sino la insuficiencia del sistema inmunológico, afecciones coronarias, hepáticas, respiratorias y también malformaciones en los fetos. Sin embargo, algunos expertos aseguran que estas enfermedades no han sido una consecuencia de la radiactividad de Chernóbil, sino que muchas de estas enfermedades se han producido por causas somáticas. Para los científicos, la única y clara consecuencia de la catástrofe nuclear es el cáncer en las glándulas tiroides. La radiación sigue presente en el agua, en la tierra y en la vegetación y continúa afectando a Bielorrusia, Ucrania y la región de Briansk (Rusia), lugares en los que viven cerca de cinco millones de personas. Asimismo, más de 200.000 niños, víctimas del accidente han recibido tratamiento en Cuba desde 1990. Asimismo, el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo ha anunciado que ha reunido el dinero suficiente para construir un nuevo sarcófago sobre el reactor número cuatro, el causante de la catástrofe. El presidente de Ucrania, Víctor Yushchenko, ha asegurado que debe estar construido en 2010 por cuestiones de seguridad, ya que el peligro de radiación en la zona se mantiene como un grave problema.