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ASTRONOMÍA

España desarrollará su primer satélite de observación terrestre

Por Alfredo L. ZamoraTiempo de lectura2 min
Sociedad05-12-2005

Con un presupuesto de 190 millones de euros, y con el objetivo de permitir a la industria dar un salto cualitativo en su capacidad tecnológica y de gestión en los sistemas espaciales, se va a crear el primer satélite de observación terrestre español, igualando así a países como Alemania, Francia, Italia y Reino Unido que ya cuentan con uno.

Con motivo del Consejo Ministerial de la Agencia Espacial Europea (ESA) que se ha celebrado en Berlín, el ministro de Industria, José Montilla, anunció el propósito español de tener su propio satélite de observación terrestre en 2010. Montilla prevé alcanzar con este proyecto una posición de "liderazgo" dentro de la Unión Europea. El proyecto abarca la creación de 600 puestos de trabajo en industria y 200 en el desarrollo de aplicaciones, todos ellos vinculados estrechamente a la Universidad, lo que dará un importante impulso al sector espacial español. Además, se espera que se creen más de mil puestos de trabajo indirectos. El programa que se llevará a cabo bajo el marco de la ESA con el objetivo de garantizar la coherencia técnica y la compatibilidad con los proyectos actualmente en marcha. El satélite, desarrollado por España y al que se podrán adherir otros países, forma parte de la iniciativa europea de Monitorización Global para el Medio Ambiente y la Seguridad. El ministro español defendió las ventajas de este proyecto, que tendrá aplicaciones en cartografía, topografía, medio ambiente, agricultura, así como en el control de riesgos, seguridad y defensa. Además, el Consejo Ministerial de la ESA ha aprobado los presupuestos para las próximas misiones que les permitan seguir siendo competitivos frente a sus rivales. La misión más destacable es la ExoMars, proyecto que pretende aterrizar en 2011 en la superficie del planeta rojo utilizando para ello un robot móvil, un proyecto cuyo presupuesto supera los ocho millones de euros. Según el portavoz de la ESA, Franco Bonacita, el objetivo de esta misión es la de "buscar restos de vida pasada y presente en la superficie marciana, determinar en varios puntos del planeta la composición geoquímica y la distribución del agua, mejorar los conocimientos sobre medioambiente y geofísica y, antes de aterrizar, identificar posibles amenazas". Pero no será hasta 2016 cuando se puedan traer muestras de tierra marciana a la Tierra.