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Preguntas fáciles a respuestas difíciles

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura5 min
España06-03-2005

Cuando alguien se ve afectado por alguna desgracia se suele hacer siempre las mismas preguntas. "¿Por que a mi?" "¿Quien ha sido?" "¿Como ha podido suceder esto?". Precisamente las mismas preguntas que se hizo la población española, hace ahora un año, tras los atentados del 11-M. Dudas aparentemente sencillas pero que como el tiempo ha demostrado, de difícil respuesta y que aún hoy mantienen su incógnita.

¿QUIÉN HA SIDO? Curiosamente esta pregunta tardó en llegar más de lo normal. Tanto la sociedad como la clase política no comenzó planteársela hasta que apareció la vertiente islámica. Fue a las pocas horas, pero hasta ese momento la autoría de ETA parecía incuestionable. De hecho algunos periódicos titularon sus portadas de la edición especial de tarde atribuyendo el atentado a la banda terrorista vasca. También algunos políticos como el propio Ibarretxe que compareció rápidamente y recriminó la acción como si esta hubiese sido perpetrada por ETA. A día de hoy se sabe que fue obra del terrorismo islámico, sin embargo, después de un año y más de un centenar de detenidos, aún no se conoce quien fue la persona última que ideó la matanza. La versión que ha cobrado más fuerza es la que apunta a que los autores fueron los integrantes del Comando de Leganés orquestados desde Italia por su supuesto líder intelectual, el Egipcio . No obstante la magnitud del atentado hace difícil creer que este se pudiese llevar a cabo únicamente por los siete componentes de dicho comando. Efectivamente no fue así y los autores del 11-M contaron con distintas colaboraciones: Los mineros a los que les compraron los explosivos, el menor de edad que trasportó el material desde Asturias hasta la capital, o el propietario del locutorio de Lavapies que les proporcionó los teléfonos móviles con los que detonaron las bombas, son solo algunas de las inestimables ayudas con las que contaron. Esto contradice las opiniones de distintos expertos en terrorismo islámico que afirman que este tipo de células terroristas trabajan de manera independiente. Es decir que los encargados de colocar los explosivos no se relacionan en ningún momento, por ejemplo, con los encargados de transportarlos. Dentro de eso, también expertos en explosivos afirman que los artefactos encontrados en los trenes de Madrid solo podrían haber sido colocados por personas expertas en la materia, un perfil que no coincide con ninguno de los sospechosos detenidos hasta ahora, ni con los terroristas que se inmolaron en el piso de la barriada madrileña. Por otro lado desde el Partido Popular así como desde algún medio de comunicación se sostiene la hipótesis de que, aunque no directamente, la banda terrosita ETA estuvo implicada de alguna forma en la acción. En definitiva demasiadas teorías, todavía hoy, para explicar una de las preguntas más fundamentales. ¿POR QUÉ ESPAÑA? En caso de que hubiese sido ETA la respuesta a esta pregunta hubiese sido sencilla: por la misma razón que llevan matando durante los últimos 30 años. Si embargo, al tratarse del terrorismo islámico otra respuesta obvia acaparó todo el protagonismo: la presencia española en la guerra de Irak. Esta era una acusación muy polémica si se tiene en cuenta que fue el Gobierno del Partido Popular quien apoyó la invasión norteamericana en el país Árabe en contra de la opinión generalizada de la población y del Partido Socialista. Así lo fue en su momento, a falta de tres días para las elecciones generales y así lo sigue siendo un año después. Este tema ha enfrentado especialmente a la sociedad y los políticos. Desde el PP se mantiene la hipótesis de que la invasión no fue la causa del atentado. Una teoría que se vio repentinamente reforzada meses después. En una conversación incautada al supuesto líder intelectual del 11-M, el Egipcio, éste confesaba a un compañero, que el atentado estaba pensado desde antes de que se produjese la guerra de Iraq. También desde los servicios de inteligencia de EE.UU. o Israel se avisó al Ejecutivo de José María Aznar con bastante tiempo de antelación de las intenciones de los islamistas de perpetrar un gran atentado en España. Sin embargo por otro lado muchos otros grupos islámicos reivindicaron la autoría en respuesta a la ocupación militar. Del mismo modo que el propio Ben Laden, jefe de la red Terrorista Al Qaeda aseguraba a través de una grabación de video que efectivamente esa era la razón fundamental. ¿SE PUDO EVITAR? Es inevitable preguntarse como es posible que en un país tan acostumbrado al terrorismo como España pueda ser víctima de un atentado que acabe con la vida de 192 personas. Sin embargo el terrorismo islámico era y es una realidad nueva para los servicios secretos y para las fuerzas policiales del país. Además sus formas de actuación procedimientos e intereses son muy diferentes los de la banda terrorista ETA. A esta inexperiencia en islamismo radical hay que sumarle la falta de coordinación evidente entre los distintos Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y una más que posible corrupción como evidenció la trama de los explosivos de Astrurias. Miembros de la Guardia Civil dejaron de actuar de manera diligente pese a las informaciones de sus confidentes y se paralizaron investigaciones en su momento más álgido sin razones de peso aparentes. Todos estos ingredientes engrandecen el espectro de dudas que rodean toda la trama del 11-M. ¿QUÉ SUCEDIÓ ENTRE EL 11 y 14 DE MARZO? La masacre de Atocha tuvo lugar a primera hora del jueves. El domingo, tan solo tres días después, tenían lugar las elecciones generales de las que debía salir el nuevo presidente. El hecho de que los autores del ataque fuesen los integristas islámicos hacia pensar que la razón fundamental era las buenas relaciones entre el Gobierno del PP y Estados Unidos y su apoyo en la polémica guerra de Iraq. Por ello esos tres días fueron especialmente tensos. Unos y otros jugaron sus bazas electoralistas de cara a los comicios genérales, era mucho lo que había en juego. La actuación del presidente Aznar fue muy cuestionada así como las comparencias del entonces ministro de Interior, Ángel Acebes. Por otro lado, el Partido Socialista fue acusado de convocar manifestaciones ante las sedes del PP durante la jornada de reflexión, e incluso algunos medios de comunicación como la Cadena Ser, culpados de difundir falsas informaciones con intenciones partidistas. Para esclarecer todo lo acontecido antes, durante y después de los atentados se creó una Comisión Parlamentaria. Esta duró seis meses y estuvo formada por comisionados de todas la fuerzas políticas. Sin embargo, no consiguieron despejar muchas dudas de las que ya existían al principio. Si cabe, introdujeron nuevas incógnitas como la trama de los explosivos. Además el hecho de que muchos de los documentos fuesen requisados bajo llave o que se rechazasen nuevas comparecencias dificultaron la investigación. Al final división de opiniones, pocas cosas en claro y cada partido saca sus propias conclusiones sobre el mayor atentado terrorista de la historia de España.