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IRAQ

La violencia ensombrece el recuento de votos

Fotografía
Por Salva Martínez MásTiempo de lectura2 min
Internacional06-02-2005

"Anunciaremos los resultados de las elecciones antes del 10 de febrero", aseguró el portavoz de la Comisión electoral iraquí. Los datos serán con toda seguridad menos esperanzadores que los difundidos tras la jornada electoral el pasado 30 de enero.

"No creo que hayan votado ocho millones ni de lejos" aseguraba un diplomático europeo el miércoles pasado. Este dato pone en entredicho lo que la Comunidad Internacional celebraba, que la participación en los comicios iraquíes rondaba el 70 por ciento. El mismo día en que se pronunciaba el alto funcionario europeo, algún observador electoral se atrevió manifestar a la prensa sus resquemores sobre las falsas esperanzas que despertaron los resultados a pie de urna. "Me temo que los votos van a estar más cerca de los seis millones que de los ocho", llegó a decir un observador. Esta diferencia de dos millones de electores supondría una participación del 40 por ciento, un dato que dista mucho de lo que celebró la ONU, Estados Unidos, la Unión Europea e incluso Irán. Incertidumbres aparte, la Comisión Electoral informó a finales de la semana pasada de que la lista del líder chií, el ayatola Alí Sistani, llevaba una larga ventaja a la del primer ministro, el también chií Iyad Alaui. Según los datos publicados la tarde del sábado pasado, la lista del religioso chií obtendría 76 escaños en la Asamblea Nacional iraquí. Por su parte, al partido de Alaui le corresponderían 20 escaños. Sin embargo, la mayoría de los suníes del país no estarán representados en dicha la Asamblea Nacional. Muchos de los partidos políticos suníes siguieron la recomendación del Comité de los Ulemas y boicotearon los comicios. A pesar de que uno o ninguno de estos partidos reconozcan los resultados de las elecciones, los suníes no quieren marginalizarse políticamente. Como dijo la semana pasada Moshen Abdul Hamid, secretario general de uno los partidos que boicoteó las elecciones, el Partido Islámico, suníes y chiíes "forman una unidad y hay que preservarla para construir el futuro". También es cierto que de poco sirven estas buenas intenciones cuando la guerrilla y el terrorismo hacen imposible a los ocupantes mantener la seguridad. En la semana del recuento de votos y de las consiguientes especulaciones políticas también hubo violencia. De ahí, que la mujer iraquí que escribe con bajo el pseudónimo Nadia Ahmed para Le Monde diga: "Yo, mujer iraquí, madre de dos hijos, Samer, de 16 años y de Ahmed, de 10, puedo decir hoy que el miedo me acompaña donde quiera que vaya".