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EXPOSICIÓN DE PINTURA

‘Niños de Murillo’, la mirada sobre la infancia de un genio

Por Pedro Fernaud QuintanaTiempo de lectura1 min
Cultura13-09-2001

De las quince obras que configuran Niños de Murillo, nueve han sido prestadas por las pinacotecas de la Dulwich Picture Gallery de Londres, la Alte Pinakothek de Múnich y la National Gallery of Scotland. Las otras seis salen de los fondos del Prado.

Entre las primeras, figuran Muchacha con flores, Niños comiendo melón y uvas o Tres muchachos. Y entre las segundas, destacan El Buen Pastor, San Juan Bautista niñoz y el Retrato de Nicolás Omazur. La colección de retablos muestra una de las facetas menos conocidas del pintor sevillano: la fascinación por captar escenas paganas y sagradas protagonizadas por niños. “Son cuadros que invitan a la reflexión sobre el tema infantil desde el punto de vista de la iconografía sagrada y profana. Las imágenes profanas constituyen el único producto cultural que aborda el mundo infantil en una época en la que los niños estaban ausentes de la creación literaria y pictórica”, explica el comisario de la muestra, Javier Portús, conservador de pintura barroca española del Museo del Prado. Para el director del Museo del Prado, Fernando Checa, esta exposición es de “gran exquisitez”. “Es una muestra de pequeño formato pero de altísima calidad, sobre todo, para ver. Da un inmenso placer contemplar estas obras al margen de consideraciones históricas. Lo fundamental es que el público la vea y la disfrute”. Niños de Murillo permanecerá en el Museo del Prado hasta el próximo 9 de diciembre. Con motivo de esta muestra, la pinacoteca va a iniciar una serie de actividades de tipo didáctico dirigidas a los niños, entre ellas un concurso de pintura, un cuentacuentos y visitas guiadas para familias.