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MOTOCICLISMO

Los campeones no necesitan pretemporada

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura5 min
Deportes17-10-2004

La pretemporada, siempre importante para la puesta a punto de las motos, ha dejado de serlo. Cuando un piloto tiene genes de campeón es capaz de ganar desde la primera carrera a pesar de no haber podido subirse apenas a una moto nueva. Así ha sucedido con Daniel Pedrosa, debutante en 250 cc., y con Valentino Rossi, triunfador en su pulso contra la fábrica de Honda. El título de MotoGP es el único sombra para la marca japonesa, que revalidó el título -ayudada en parte por los problemas de Aprilia- en el octavo de litro.

MotoGP A pesar de haber podido entrenar tan sólo dos meses con la Yamaha antes de empezar el Mundial -Honda no quiso liberarle de su contrato, que concluía el 31 de diciembre de 2003, al contrario del pacto que se hace con otros pilotos cuando cambian de marca-, Valentino Rossi confirmó que el piloto es tanto más importante que la máquina y se mantiene como único campeón de la categoría de MotoGP en sus tres años de existencia. Sin lugar a dudas, le ha ayudado que la marca del diapasón haya trabajado el desarrollo de la YZR M1 casi exclusivamente con él, pero con una moto nerviosa, ya desde la primera carrera, el Doctor consiguió victorias: en total ocho -a falta de una prueba-, más que ningún otro piloto de la marca, ni siquiera grandes nombres como Eddie Lawson y Wayne Rayney. Con todo, el bajo rendimiento de los pilotos de fábrica, Álex Barros y Nicky Hayden, provocó también dudas en Honda. El rendimiento de los equipos satélites, sobre todo el de Sete Gibernau en el de Fausto Gresini -el catalán tenía ante sí la gran oportunidad de ganar el título- y algo menos el equipo de Sito Pons con Max Biaggi -el italiano se hundió en las últimas carreras-, les hizo reclamar la prioridad en el trabajo de los ingenieros. Así, la evolución de la RCV 211 -que estrenó un nuevo sistema de escapes mediada la temporada- no consiguió frenar a Rossi, que se convierte en el segundo piloto tras Lawson que consigue ganar el título dos años seguidos con dos marcas distintas. Mientras, Carlos Checa no pudo estar con los mejores y termina la temporada sin subirse al podio y con todas las papeletas para cambiar de equipo en 2005. La decepción entre los favoritos ha sido Ducati: la marca italiana, tras un prometedor estreno en 2003, no encontró el equilibrio en la Sesmosedici y tanto Troy Bayliss como Loris Capirossi tuvieron problemas para evolucionar la moto. El español Rubén Xaus, debutante en la categoría, se convirtió en el mejor piloto de la marca a pesar de no conocer muchos de los circuitos del Mundial y de competir con una moto del año anterior. El papel de los otros constructores japoneses no pasó de testimonial: las Suzuki apuntaron potencial en algunos entrenamientos, pero en carrera se mostraron poco competitivas y fiables, mientras que Kawasaki, aunque lejos del ritmo de los pilotos punteros, tuvo como único éxito el podio que consiguió el nipón Shinya Nakano en el Gran Premio de Japón. 250 cc. Daniel Pedrosa afrontaba la temporada recién recuperado de una grave caída que le fracturó los dos tobillos, y aun así fue el más listo de la clase. Tanto él como su equipo tuvieron claro desde el primer momento que no tenían la obligación de ganar, y sin embargo, el discípulo de Alberto Puig consiguió victorias desde el primer Gran Premio, hasta un total de seis –además de otros seis podios–. La regularidad ha sido su gran baza: Pedrosa sólo abandonó en Jerez por la lluvia -uno de los pocos aspectos que aún debe mejorar en su pilotaje- y nunca ha teminado por debajo del cuarto puesto. La crisis financiera de Aprilia pasó de puntillas por el Mundial, pero los rumores antes de que la marca fuera vendida a Piaggio -se negoció con Ducati, lo que hubiera supuesto un vuelco a la organización del departamento de competición- condicionaron en parte a los equipos motorizados por la marca italiana. Aun así, el argentino Sebastián Porto confirmó con cinco victorias su potencial con una moto competitiva, pero se vio perjudicado por la competencia del anterior campeón, Manuel Poggiali, que completó una temporada decepcionante y sólo consiguió una victoria, en Brasil. Toni Elías volvió a demostrar, en su llegada a Honda, que tiene un talento increíble, pero también que le falta constancia para que sus resultados –una victoria y cinco podios- no dependan tanto de las sensaciones que le dé su moto. Aun así, acaba el Mundial cuarto. La temporada de Fonsi Nieto, superado siempre por Porto en el equipo de Jorge Martínez, Aspar, ha sido simplemente para olvidar: el madrileño no ha estado a la altura de las expectativas -que él mismo se había impuesto- y ni siquiera ha podido subir al podio en toda la temporada. En cambio, el campeonato de Álex Debón, que ha competido en el Mundial con una moto privada -y superado a varios pilotos oficiales-, es un resultado prometedor que refleja el duro trabajo del piloto castellonense esta temporada. 125 cc. La buena base mecánica -la Honda que heredó de Pedrosa- es una buena explicación para el título de Andrea Dovizioso, pero no la única. El italiano ha sido el más regular de una categoría plagada de aspirantes a vencer cada carrera: ora Roberto Locatelli, ora Jorge Lorenzo, ora Casey Stoner, ora Héctor Barberá... sin embargo, todos ellos han ido teniendo altibajos durante la temporada. El veterano Locatelli tan sólo apareció por el podio a comienzos de temporada, el combativo Stoner sufrió una lesión y pagó la poca consistencia que aún tiene su KTM, mientras que el valenciano Barberá alternó tres victorias –en Catalunya, Brasil y Portugal- con otros tantos abandonos. En esas circunstancias, el papel de Lorenzo y de Derbi es prometedor: la marca española aspiraba a ser competitiva -aunque no a ganar el Mundial, a priori- y el mallorquín ha cosechado resultados extraordinarios corriendo siempre con el cuchillo entre los dientes, como refleja la victoria en Qatar, que no pudo resolverse ni siquiera en la foto finish. Además venció en Holanda y la República Checa. El resto de los españoles ha tenido una actuación más discreta: el toledano Álvaro Bautista -compañero de Barberá- ha sido el que más ha despuntado, en tanto que Pablo Nieto apenas ha conseguido buenos resultados.