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MILOSEVIC

El TPI, la Justicia internacional

Por Txema GarcíaTiempo de lectura2 min
Internacional01-07-2001

El Tribunal Penal Internacional (TPI) fue creado el 25 de mayo de 1993 en virtud de la resolución 827 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Su objetivo es perseguir y poner a disposición de la Justicia a los responsables de haber cometido violaciones contra las leyes humanitarias internacionales sin importar el lugar donde se hayan cometido.

El TPI tiene su sede en La Haya e investiga los delitos de Genocidio, los crímenes de guerra, los crímenes contra la Humanidad y el delito de Agresión. La idea y necesidad de crear una Corte que pudiese juzgar delitos cometidos contra los Derechos Humanos surgió tras los juicios de Nuremberg y Tokio, los cuales pueden considerarse como los antecedentes del actual TPI. El TPI es un instancia con vocación de universalidad pero que de momento no la tiene y su ámbito se reduce a los países que han ratificado el Tratado de Roma de 1998. A principios de este año eran más de 130 los países que habían ratificado el Tratado. Dicho Tratado requiere que el TPI no invalide ni interfiera en los sistemas judiciales nacionales. El fiscal del TPI está autorizado a emprender acciones contra un sospechoso sólo si el país del que es nacional no quiere o no puede investigar las acusaciones de crímenes cometidos por ese nacional. Como muestra de su internacionalidad los miembros que forman el Tribunal de La Haya son de distintos países. El TPI se divide en dos cámaras de acusación, cada una compuesta por tres jueces, y otra de apelación. En una primera fase, el Tribunal estudia las denuncias, emite un sumario y una orden de captura internacional. En la segunda fase el acusado es juzgado. La sentencia puede ser recurrida en la Corte de Apelaciones. En la actualidad, el TPI mantiene tribunales permanentes para la ex Yugoslavia y Ruanda. En el caso balcánico las acusaciones comenzaron a establecerse desde el año 1991. El TPI no puede emitir sentencia si el acusado no está presente ante el Tribunal de La Haya. El balance de la instancia internacional hasta el momento es de 46 acusaciones. Treinta y ocho imputados se encontraban detenidos hasta la llegada de Milosevic, que se convirtió en el preso 39. La máxima pena a aplicar es la de cadena perpetua. De momento, la sentencia más alta dictada fue la impuesta al general croata Tihomir Blaskic, que fue condenado el 3 de marzo de 2000 a 45 años de prisión. Se da la circunstancia de que en 1996 el entonces presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, en la conferencia de Dayton aceptó la existencia del TPI al suscribir los acuerdos de paz, sin pensar que un día el Tribunal le acusaría a él mismo. Ahora se enfrenta a los cargos de crímenes contra la Humanidad, asesinato, persecución, deportación y violación de las costumbres de guerra en Kosovo, según la orden dictada por el TPI el 27 de mayo de 1999.