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IRAQ

Rumsfeld visita Iraq mientras Bush cierra filas en torno a él en el Pentágono

Fotografía

Por Isabel A. VegaTiempo de lectura2 min
Internacional16-05-2004

Donald Rumsfeld, secretario de Defensa norteamericano, se desplazó el jueves de la semana pasada a Bagdad para entrevistarse con los soldados estadounidenses que vigilan las prisiones. La visita sorpresa tiene lugar en medio del escándalo tras la difusión de imágenes que atestiguan que soldados norteamericanos infligen torturas a los prisioneros iraquíes.

La visita duró a penas siete horas, durante las que Rumsfeld recibió todo tipo de insultos y manifestaciones de odio por parte de ciudadanos iraquíes. Acompañado con su Jefe de estado Mayor, Richard Myers, se dirigió a la prisión de Abu Ghraib, donde tuvieron lugar las torturas a reclusos. En este punto y ante el acoso de la prensa, que insinuaba que el motivo del viaje era tapar el escándalo, Rumsfeld se defendió afirmando que no se encontraba en Bagdad para “echar agua al fuego”. “Quiero escuchar a los responsables a cargo diariamente de las operaciones relacionadas con los prisioneros (...) Estamos preocupados por ver a los detenidos bien tratados, ver a nuestros soldados comportarse correctamente y queremos que la línea de mando funcione bien (...) Si alguien piensa que he venido (a Iraq) para echarle agua al fuego, se equivoca” declaró. El secretario de Defensa se dirigió además a los soldados norteamericanos para comunicarles la posibilidad de que nuevos países se unan a la coalición que dirige EE.UU. en Iraq si se obtiene una Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, y manifestó que en su opinión, esto no tardaría en suceder. Rumsfeld regresaba a EE.UU. la misma noche del jueves y veinticuatro horas después, se ejecutaba en Bagdad la medida anunciada por el jefe adjunto de operaciones en Iraq, Mark Kimmit, el pasado 12 de Mayo y 315 prisioneros de la cárcel de Abu Ghraib fueron liberados. La visita sorpresa parece confirmar que, pese a las peticiones de la oposición y de los principales editorialistas estadounidenses, el secretario de Defensa no tiene intención de presentar su dimisión, decisión que ya respaldó el presidente George W. Bush el lunes de la semana en la sede del Pentágono. En una reunión matinal con altos mandos militares, Bush declaró que, a pesar de las imágenes de las torturas, Rumsfeld “está haciendo un trabajo soberbio” y se dirigió personalmente a él para afirmar: “Has dirigido con coraje a nuestra nación en la guerra contra el terrorismo. Eres un gran secretario de Defensa y nuestro país te debe su gratitud”. Tras cerrar filas en torno a Rumsfeld, Bush reiteró una vez más que tendrá lugar una “completa investigación por los crueles y desgraciados abusos a los detenidos iraquíes” y se pronunció en favor de limpiar la imagen de los soldados estadounidenses cuando declaró que lo ocurrido en Abu Ghraib “no refleja el carácter de los más de 200.000 hombres que han servido en Iraq”. El presidente también aprovechó la reunión para recordar al Senado la “urgencia” de aprobar un incremento de 25.000 millones de dólares en el presupuesto para las acciones bélicas en Iraq. Es ahora el Pentágono quien tiene en su mano la dirección que tomará el escándalo de las torturas a los prisioneros iraquíes, pues en su poder están documentos audiovisuales que evidencian esta situación y que en una fecha aún por determinar se pondrán en manos del senado.

Fotografía de Isabel A. Vega