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El pacto de Turquía con EE.UU. está cerca mientras la OTAN despliega medidas de protección

Por Carmen Rosa FernándezTiempo de lectura2 min
Internacional22-02-2003

El Parlamento turco se dispone a debatir la entrada de tropas estadounidenses en el país después de las intensas negociaciones sobre las compensaciones económicas que recibirá en caso de guerra contra Irak.

Turquía ha resultado ser punto de conflicto más importante en la nueva crisis iraquí que se está viviendo. El país mediterráneo cuenta con una situación geográfica inmejorable para la estrategia bélica trazada por Estados Unidos en su plan de ataque contra Irak. Por esta razón, el Gobierno de Bush no ha cejado en su empeño de hacerse con las bases turcas para abrir así un segundo frente. No obstante, esta supuesta ventaja geográfica conlleva un alto riesgo para un país demasiado acostumbrado a sufrir en su tierra las guerras ajenas después de las pérdidas que padeció en la Guerra del Golfo. El miedo a que la historia se repita ha obligado a Estados Unidos a echar mano de todos sus recursos diplomáticos para poner a Turquía de su lado. Las mayores diferencias han surgido al tratar las compensaciones económicas que el país mediterráneo recibirá en caso de guerra. Los 6.000 millones de dólares ofrecidos por la Administración Bush no eran suficientes para la nación regida por Recep Tayyip Erdogan, que exigía 10.000 millones en donaciones no reembolsables y 20.000 millones en créditos blandos a largo plazo. Finalmente, el acuerdo parece cerrado y el Parlamento turco debate esta semana la entrada de las tropas estadounidenses, que ya esperan en el Mediterráneo Oriental la orden de desembarco. Además, Turquía ha supuesto también un quebradero de cabeza para la OTAN, que, finalmente, ha decidido poner en marcha una serie de medidas de protección al considerarla como un país aliado con riesgo de ser atacado si hay guerra contra Irak. Esta "solidaridad política" consiste en el despliegue de aviones radar AWAC, de baterías de misiles Patriot y de unidades contra la guerra química y bacteriológica. La decisión no ha sido fácil debido a la oposición de Francia, que ha provocado que la decisión se tome en el Comité de Planes Militares, de la que el país galo no es miembro. Según el secretario general de la Organización, George Robertson, esta resolución pone fin a la peor crisis sufrida por la OTAN en sus más de 50 años de existencia.

Fotografía de Carmen Rosa Fernández