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OTAN

Siete países ex comunistas se incorporan a la OTAN

Por Vicente García GandíaTiempo de lectura2 min
Internacional22-11-2002

La reunión de Praga entre los jefes de Gobierno de la OTAN termina con la mayor transformación en la historia de una Alianza con más de 50 años a las espaldas. La creación de una Fuerza de Respuesta Rápida defensiva y la anexión de países del Antiguo Pacto de Varsovia suponen una nueva etapa en las relaciones entre el Viejo Continente, EE.UU. y Rusia.

Rumania, Bulgaria, Eslovenia, Eslovaquia, Estonia, Letonia y Lituania se convertirán en nuevos aliados en dos años. En palabras del presidente estadounidense, George W. Bush, la incorporación de estos países "reafirma el compromiso con una Europa unida, libre y en paz". Está claro que la nueva OTAN no tiene nada que ver ya con aquella unión que surgió con el objetivo de hacer frente a la amenaza del expansionismo soviético en la Europa Occidental y EE.UU. En efecto, el orden mundial que se ha organizado después de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York ha calado hondo en la estructura esencial de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. El simple hecho de que los dirigentes de los 19 países socios y de los siete entrantes se reuniesen en el mismo Palacio de convenciones en el que el Partido Comunista organizaba sus congresos y en la capital de un antiguo miembro del Pacto de Varsovia dice mucho de la nueva OTAN que empieza a madurar. Estonia, Letonia y Lituania pertenecieron a la Unión Soviética y seis de los siete nuevos aliados (excepto Eslovenia) formaron parte del grupo de "estados satélite" de Rusia con el Pacto de Varsovia. Los principales diplomáticos europeos han definido la ampliación de "robusta" a pesar de que Albania, Macedonia y Croacia han quedado fuera por el momento. En este sentido, el secretario general de la OTAN, George Robertson, ha indicado en Praga que se les ha dejado la puerta abierta para que se unan a los 26 restantes una vez que cumplan con las condiciones establecidas. Desde Rusia, no han reaccionado de forma especial porque Putin se ha dado cuenta de que de nada sirven sus arsenales acumulados durante la Guerra Fría para hacer frente a la amenaza del terrorismo internacional. El nuevo orden mundial pone pues, si es que no estaba puesto, el punto y final definitivo que empezó a escribirse con la caída del Muro de Berlín.

Fotografía de Vicente García Gandía