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ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

Un cambio arriesgado

Fotografía

Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional16-09-2018

Las relaciones entre Estados Unidos y Palestina no pasan por su mejor momento. Después de que Donald Trump decidiera trasladar la embajada estadounidense desde Tel Aviv a Jerusalén, se están dando pasos que suponen una modificación de las políticas de la Casa Blanca en Oriente Próximo.

El presidente de Estados Unidos también ha ordenado cerrar la delegación diplomática que Palestina tiene en Washington y, además, redistribuir la ayuda de 20 millones de dólares que destinaba a un hospital de Jerusalén Este administrado por las autoridades palestinas. Trump cree que esta cantidad de dinero debe ir a otros lugares con mayores necesidades.

Donald Trump ha cambiado las políticas tradicionales que hasta ahora se aplicaban en el conflicto en Oriente Próximo. Estas se centraban en la búsqueda de fórmulas que contribuyeran al desarrollo de Palestina y a impulsar las negociaciones para alcanzar un acuerdo de paz. Todo ello, eso sí, sin olvidar que Estados Unidos es un firme aliado de Israel.

Es evidente que las políticas aplicadas hasta ahora no han funcionado. El conflicto sigue enraizado porque ni Israel ni Palestina están dispuestos a ceder en sus pretensiones. Es cierto que la situación de violencia ha mejorado en los últimos años y, afortunadamente, ya no se registran grandes atentados palestinos ni vastas operaciones militares israelíes.

Aun así, sigue muy presente la espiral de acción-reacción, en la que los ataques procedentes de Palestina son castigadas por Israel y las políticas expansionistas israelíes son respondidas con manifestaciones palestinas que, en más de una ocasión, acaban con graves disturbios.

Es posible que las nuevas medidas de Donald Trump se deban a uno de sus muchos vaivenes o calentones políticos. Sin embargo, también pueden ser consideradas como un respaldo aún mayor a las autoridades israelíes y como una forma de presionar a Palestina. Hay quien piensa que los dirigentes palestinos dedican más a tiempo a abusar del victimismo y a aprovecharse de su propio pueblo que a trabajar realmente por la paz y por mejorar la calidad de vida de la población.

Fotografía de Isaac Á. Calvo

Isaac Á. Calvo

Licenciado en Periodismo

Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación

Editor del Grupo AGD