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ANÁLISIS DE ESPAÑA

Guardiola ya es como Mourinho

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura2 min
España12-06-2017

Basta recordar el conchabeo bien remunerado de Guardiola con la satrapía catarí para desacreditar la vara de medir del exjugador de la selección española a la hora de detectar estados opresores. No hace falta irse tan lejos, en su "pequeño país" se suceden desde hace años prácticas antidemocráticas ante la pasividad de los diferente presidentes del Gobierno, que nunca tuvieron a un Churchill para advertirles de los riesgos que entrañaba renunciar a la honra para preservar la paz. Urge desmontar el relato indepe y asumir con madurez que la democracia es mucho más que abrazarse a una urna. Sirva la reciente efeméride del Día D para tener presente que Europa fue liberada con tanques de las garras del totalitarismo aupado previamente con votos.

La corrupción del independentismo en Cataluña no se reduce al saqueo del tres por ciento, se expresa también en el constante desafío a las leyes de sus dirigentes amparados en una presunta voluntad popular que las propias urnas han demostrado minoritaria. Ahí está aquel 47 por ciento con el que CiU y ERC perdieron las últimas elecciones autonómicas planteadas en clave plebiscitaria. El motor del secesionismo en Cataluña no es democrático, sino identitario, tribal. Para tener claro quiénes son los oprimidos en Cataluña no hay que preguntarle a Guardiola, sino a las chicas agredidas del puesto de la selección española, la misma que durante tantos años defendió la Agustina de Santpedor. Hay que preguntarle a la fiscal jefe de Barcelona, Anna María Magaldi, duramente insultada por su labor de defender la Ley en el juicio del 9N.

También a Dolores Agenjo, la directora de instituto perseguida por emular a Winston Smith y atreverse a decir que no. A los comercios que osan rotular en castellano, a todos los que logran sacar adelante sus negocios sin la subvención reservada a los obedientes, los padres que piden libertad para elegir la educación de sus hijos... todos ellos han tenido poca o ninguna defensa del Estado que ahora Guardiola y los suyos pretenden presentar de opresor ante la comunidad internacional. Pep ha pasado del depurado tiqui taca al estilo del patadón pa arriba y entrada tobillera por detrás. Se funde en la bandera del victimismo para enarbolar un discurso de enemigos imaginarios. Habló de abusos, de derechos amenazados, persecuciones políticas... sólo le faltó citar a Ovrebo, Busacca o Stark y preguntar ¿pur qué?

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio