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ANÁLISIS DE ESPAÑA

¿Con qué sueña Rajoy?

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura3 min
España05-10-2015

Cuando Rajoy ha cenado bien y se mete pronto en la cama, también sueña como todo el mundo. Y hay un sueño que le es especialmente placentero al presidente. Se ve a si mismo entrando en el número 10 de Downing Street como si fuese su amigo David Cameron. Disfrutando de su holgada mayoría absoluta apuntalada sobre políticas conservadoras. Instalado en un bipartidismo fuera de dudas y con una oposición socialista zarandeada y entregada a un líder contra el que poder azuzar el miedo al populismo sin necesidad de forzar el discurso. Pero el sueño siempre acaba cuando descubre que encima de la mesa del desayuno alguien ha dejado el Times y no el Marca. Este pequeño sobresalto, en cualquier caso, no es nada comparable con aquella época en la que tenía una pesadilla recurrente. Soñaba que despertaba a media noche y encontraba a Tsipras el griego al otro lado de la cama. Hace tiempo que ya no se levanta azorado por Grecia. Si acaso es Aznar el que ahora se le ha vuelto a aparecer en sueños. Pero eso es algo a lo que se ha terminado acostumbrando y no tarda en volverse a dormir.

La cruda realidad es que cuando Rajoy se levante por la mañana y se mire al espejo, no encontrará nada parecido a Cameron. En todo caso hallará algo que se asemeje más al portugués Passos Coelho, con su reciente victoria en las urnas tras años de austeridad, pero sin despejar las dudas sobre si la alianza de las izquierdas le dejará gobernar. Cuando Rajoy baje a tomar el desayuno encontrará que los periódicos siguen hablando de Ciudadanos, su principal amenaza, sobre todo desde el empuje que le han supuesto las elecciones catalanas. Ese “quinto aviso” del que le habla Aznar en sus pesadillas que él opta por esquivar con un simple movimiento de almohada. Mientras revisa el Marca en primer lugar, se verá reflejado en el Real Madrid de Benítez y tendrá la tentación de volver a preguntarse para qué sirve ir a por el segundo si con el 1-0 es suficiente. Pero al terminar la crónica del partido asumirá que con ese planteamiento siempre se corre el riesgo de que te empaten al final. Y en su caso necesita una goleada.

No se le puede reprochar a Rajoy que no saliese a ganar en las pasadas elecciones catalanas. Desembarcó a su ministro de Exteriores para debatir con Junqueras. Convocó para la causa a líderes internacionales, desde Merkel hasta Obama o el solícito Sarkozy. Se puede decir que aportó más que un granito de arena en ese 52%. Pero los frutos de la campaña se los llevó sobre todo Ciudadanos. El problema para Rajoy es que algo parecido le puede pasar el 20D. Agitará el miedo contra la izquierda radical de Pedro Sánchez, su posible alianza con Podemos, Venezuela, Grecia, la vuelta de Zapatero, Cataluña... Y mientras tanto Ciudadanos capitalizando a todo el que pueda estar de acuerdo con eso, pero le resulte insoportable votar al partido de Bárcenas, Rato y lo que surja. Encima al PP no le va a quedar otra que aguantarse las ganas llamarle Naranjito a Rivera, no vayan a joder la única opción posible de pacto. Y todo sin que nadie les asegure que al final Naranjito les metan el gol en el último minuto y se vaya con el PSOE. Cualquier salida para Rajoy queda muy lejos de Downing Street porque la vida es un frenesí y los sueños, sueños son.

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio