Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ANÁLISIS DE SOCIEDAD

Media vida

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad13-07-2015

Hace de aquello media vida. Y el paso del tiempo da idea de lo viejos que somos algunos o de que los veinteañeros no vivieron los históricos días en los que España perdió el miedo a ETA (sí esos terroristas que tenemos en casa). Dicen que el tiempo todo lo cura, pero hay situaciones que por mucho que se cuenten no se entenderán jamás, menos en estos tiempos de eslóganes, trendingtopics y logotipos políticamente populacheros.

Con la muerte de Miguel Ángel Blanco, hace 18 años, muchos concejales de los ahora partidos de la casta miraban los bajos de sus coches y desconfiaban de los desconocidos porque su propia vida podría estar en el punto de mira ¡Entonces sí que era para recordar a Sorolla y su Y aún dicen que el pescado es caro!

Lo de la memoria histórica es ese tópico común en el que de vez en cuando caemos los españoles depende para qué o con motivo de qué trasto nos queremos lanzar a la cabeza. Es una lástima, pues también se aprende del dolor, y se puede perdonar pero olvidar no resulta tan conveniente si queremos crecer como sociedad y como seres humanos. 

¿Y el chantaje de la vida por vivir de Miguel Ángel a cambio del acercamiento de presos?
¿Y esos agentes a cara descubierta? ¿Qué dicen ahora, 18 años después? ¿Y las manos blancas y los gritos unánimes de auténtica indignación? ¿Ya no se escuchan? ¿No resuenan en ningún rincón de esta España que parece que no nos duele un ápice? ¿Y el chantaje de la vida por vivir de Miguel Ángel a cambio del acercamiento de presos? ¿Y aquella esperanza por el último mínimo de vida con el que apareció el concejal tiroteado por los terroristas?

En otras situaciones, Miguel Ángel habría sido elevado a los altares del heroísmo o al simbolismo revanchista del martirio. Con 18 años la sociedad española ya va siendo mayorcita para actuar de forma adulta y, en vez de exigir tantos derechos, pasar a reconocer que en los fundamentos de la democracia también están los sacrificios. Y que, hace media vida, Miguel Ángel Blanco perdió la suya y nosotros el miedo a la barbarie de un terrorismo que hoy parece de juguete. No lo olvidemos. La memoria de Miguel Ángel no lo merece.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo