ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
Blancos, negros: educación, tolerancia y respeto
Por Isaac Á. Calvo3 min
Internacional04-05-2015
Está claro, la cuestión racial genera problemas en Estados Unidos. Es increíble que en la primera potencia del mundo sigan produciéndose casos donde la actuación policial acaba en muertes de ciudadanos negros. Puede ser en una persecución o durante el traslado a comisaría, como ha ocurrido recientemente en Baltimore.
Ya sea por un exceso de celo, por desconfianza, por macabros errores... la cuestión es que este tipo de casos son más frecuentes de lo que deberían. Afortunadamente, siguen siendo sucesos aislados, y hay miles de acciones policiales que concluyen de forma correcta.
Es verdad que el concepto policial que se tiene en España (e incluso en Europa) difiere bastante del existente en Estados Unidos. Aquí es raro que los policías disparen, ya que los delincuentes no suelen llevar armas de fuego. Además, los agentes saben que si usan la pistola, aunque sea en defensa propia, van a sufrir quebraderos de cabeza judiciales.
En el subconsciente de muchos está la idea de que el sospechoso negro es más peligrosoSin embargo, en las calles estadounidenses este tipo de armamento es más frecuente, por lo que los policías, a priori, no saben a qué amenaza se van a enfrentar. También, aunque no siempre sea así, en el subconsciente de muchos (bien sea por experiencia adquirida o por mera estadística) está la idea de que el sospechoso negro es más peligroso.
Aun así, por pocos que sean, los asesinatos de negros a manos de policías blancos son lo suficientemente graves como para buscar soluciones que acaben con estas tragedias. Se supone que las Fuerzas de Seguridad estadounidenses son profesionales y están preparadas para resolver las amenazas a las que se enfrentan. La muerte del sospechoso no es una solución satisfactoria.
El problema se agrava cuando la investigación concluye que el fallecido no llevaba armas, por lo que hubo desproporcionalidad. Y alcanza grados críticos cuando los tribunales absuelven a los responsables policiales implicados. Es entonces cuando la calle estalla y se registran disturbios, saqueos y destrozos que obligan a las autoridades a decretar el toque de queda. Sí, como en las películas, pero es totalmente real y pasa en la primera potencia del mundo.
Estos sucesos alimentan la desconfianza mutua entre la comunidad blanca y la negraEste tipo de hechos alimenta la enorme desconfianza mutua entre la comunidad blanca y la negra. Esta viene heredada de tiempos de la esclavitud, y conviene recordar que hasta mediados del siglo XX, los negros estaban considerados como ciudadanos de segunda en muchos aspectos de la vida cotidiana.
Desde esa fecha, se ha avanzado en la integración y en la convivencia de ambas comunidades. Aun así, acabar con prejuicios tan arraigados en las dos partes es realmente complejo y llevará muchísimo tiempo. Se necesitan esfuerzos comunes que apuesten por la educación, la tolerancia y el respeto que empiecen en el propio seno familiar y que continúen en el resto de ámbitos.
Lamentablemente, siempre habrá casos que puedan dinamitar el proceso, como, por ejemplo, un abuso policial, o un negro que mata a un policía blanco cuando este iba a identificarlo. Por tanto, por si no fuera poco, además de educación, tolerancia y respeto, es imprescindible confiar en la Justicia y tener madurez y determinación por la convivencia.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD