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Legislación y derecho a la propia muerte

Por Elena R. Benito Tiempo de lectura2 min
Sociedad02-05-2002

A Miss B el Tribunal Supremo británico le ha permitido morir. A esta mujer, de 43 años, se le diagnosticó en 1999 una malformación de los vasos sanguíneos de la columna espinal. Poco a poco, su estado físico se ha deteriorado hasta dejarla paralítica y sin habla. Sin embargo, no ha perdido sus facultades mentales. Y ella quería morir.

Los médicos del hospital donde estaba internada se negaban a poner fin a su vida, y Miss B elevó sus quejas a los tribunales. Allí, la juez Elizabeth Butler-Sloss reconoció que Miss B estaba “capacitada mentalmente a dar consentimiento o bien negarse a recibir tratamiento médico para mantener su vida”. Mientras dormía el pasado martes día 30, los médicos desconectaron su respirador. La diferencia entre el caso de Miss B y el de Diane Pretty estriba en el tipo de muerte. La de Miss B, provocada por la interrupción de un tratamiento que alargaba artificialmente su vida, se denomina eutanasia pasiva. Para que muera Diane Pretty es necesario que le sea administrada una sustancia que provoque su muerte, es lo que se conoce como eutanasia activa . El primer tipo está aceptado por la legislación de la mayoría de los países occidentales, que quieren poner límite a las largas agonías que permiten los adelantos tecnológicos. En enero de 2002 entró en vigor en Holanda una ley que regula la eutanasia, tanto activa como pasiva. El 85 por ciento de la sociedad holandesa concedió legitimidad a esta práctica que ya desde 1994 está despenalizada en este país. Los cuidados paliativos, con un mejor uso de medicamentos contra el dolor y la atención individualizada han cobrado también protagonismo desde 1997. En Holanda hay 25 asociaciones médicas dedicadas a ampliar los conocimientos de los facultativos sobre la ayuda aconsejada para los enfermos terminales. Holanda se ha convertido en el primer país del mundo en legalizar la eutanasia. En el resto de Europa, otros países empiezan a dar algunos pasos. El pasado mes de octubre el Senado de Bélgica votó a favor de una ley que permitirá que también en este país se legalice la eutanasia y el ministro de Sanidad francés, Bernard Kouchner (fundador de Médicos sin Fronteras) se muestra partidario de legislar una práctica que de hecho se lleva a cabo en todos los países.

Fotografía de Elena R. Benito