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ANÁLISIS DE ESPAÑA

Ratzinger, Otegi y la España 'ye ye'

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura3 min
España08-11-2010

Una visita del Papa no tendría porque salir en estas líneas. Y no sería necesario si Benedicto XVI no hubiese dicho lo que dijo. Aquí no se recogerán lemas como el de "Yo no te espero". El Papa representa una parte importante de lo que España es, de su Historia y su cultura. Es un referente ético y moral y lo que diga, para bien o para mal, ha de ser escuchado con atención. Tampoco se denunciará en este análisis el gasto del Estado en la seguridad personal del Pontífice. Si los Jonas Brothers, los Rolling o U2 ofrecen un concierto en cualquier parte de España, la seguridad del evento también corre a cuenta de todos y seguramente muchos no vayan a verlo. Dicho esto, las declaraciones en las que el Papa compara la España de hoy con la etapa prebélica de la II República son sencillamente intolerables. No sólo porque miente conscientemente cuando dice que la España democráctica actual -con sus luces y sus sombras- se parece a la de los treinta, la que quemaba conventos y mataba religiosos. Sí, efectivamente, en España el laicismo crece (una decisión personal legítima como cualquier otra) y sus templos cada vez están más vacíos (que el Papa se pregunté por qué). Punto. Pero lo más grave es que ante las palabras del Papa sólo cabe hacerse una pregunta: si no le gusta la España actual porque es como la de la República, ¿que periodo histórico es el que le gusta exactamente? ¿el de los dictadores bajo palio?. Esa no es la Iglesia del Aquel hombre que nos enseña el Evangelio. Otro gran protagonista estos días es Otegi. Se sienta en el banquillo por el acto de Anoeta donde presentó su "propuesta de paz para el conflicto vasco" allá por 2004. Va a ser un proceso incómoco para el Gobierno. Tras la tregua se demostró que aquel plan fue previamente pactado entre Otegi y los socialistas, concretamente en las conversaciones con Eguiguren en el caserío Txillarre. De ahí salió aquello de las dos mesas, una multipartita con Batasuna y otra entre el Gobierno y ETA, algo por cierto no muy distinto a lo que hoy sigue pidiendo la izquierda abertzale. Luego llegó la negociación frustrada con todas sus miserias. ¿Y ahora qué se supone que debe hacer la Justicia con Otegi? Huele a absolución antes de empezar. Por eso el objetivo del Ejecutivo debe ser, al menos, cuidar mucho sus mensajes para mostrar firmeza y que ha aprendido de los errores del pasado. Esa será la mejor manera de combatir tanto la declaración de Eguiguren como el circo que la izquierda abertzale va a montar dentro y fuera del tribunal. Que el final de este análisis sirva para animar a la rebeldía frente a esta nueva España ye ye de los que viven en contra de las evoluciones lógicas de la gente . Al menos aquí, sólo seguirá llevando tilde cuando lo merezca y la i griega seguirá honrando su femenino nombre. Esto también va para el fiera que se ha sacado de la manga lo de los apellidos. Desde 1999 una pareja puede poner libremente a su hijo el apellido de la madre. Desde entonces, once años, los casos registrados no llegan al 1%. A partir de ahí, sobra cualquier comentario. Si acaso el cambio introducido ahora puede ser muy útil para los casos de padres que no merezcan tal título o de mujeres o menores maltratados. Pero en ese caso ¿por qué decide el orden alfabético? ¿Y si también gana el de él?. Abran paso a otra norma innecesaria y, según que casos, también injusta.

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio