¿TÚ TAMBIÉN?
El Matrimonio, en cuatro minutos
Por Álvaro Abellán
2 min
Opinión14-03-2010
¿Quieres ver una película familiar, rebosante de valores, divertida y exquisita cinematográficamente hablando? Escoge cualquiera de la factoría de animación Pixar. Al menos, de las realizadas hasta hoy, marzo de 2010. Y, si quien lleva la compañía tiene las ideas tan claras como parece, así será por mucho tiempo. No hay título malo. Ni un pero. La última, Up!, es un alarde visual y, aunque el conjunto no es tan brillante como alguna de las anteriores (Cars, Wall•E), la secuencia en que repasa la historia de un gran matrimonio es, sencillamente, una pequeña obra maestra. Precisamente una profesora que imparte cursos sobre la familia ha desentrañado esa pieza y, con breves subtítulos, pone voz a lo que la película muestra con música e imágenes mudas. Una auténtica lección sobre el matrimonio en cuatro minutos. Austeridad, colaboración, tiempo para hablar, apertura a los hijos, mostrarse cariñoso siempre, recordarse uno mismo (y al otro) en los malos momentos por qué nos queremos, hacer pequeños proyectos de futuro, estar dispuestos a empezar siempre de nuevo, asumir que el otro no va a cambiar y que debemos quererlo como es, asumir la rutina llenándola de alegrías, sorprender con pequeños detalles, apostar siempre y por entero por el otro y ponerse en manos de Dios cuando fallan las propias fuerzas. El final de la película nos revela otra clave: la grandeza del matrimonio (como la de la propia vida) no son los logros conseguidos, sino la aventura de haber luchado juntos y hasta el final por ellos. Una vida no es plena por las cosas que se consiguen, sino porque todo lo que toca se hace con amor, esa fuerza capaz de mostrarnos que somos mejores y podemos más cosas de las que creíamos que seríamos capaces solos. Por eso el matrimonio y la familia son la mejor escuela para la vida. Todo lo realmente importante, y el mejor modo de afrontarlo, se revela en el seno de una buena familia. Por eso, el seno de la familia es el pilar fundamental para edificar ese lugar donde la vida se ensancha.
