Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ROJO SOBRE GRIS

Esto ha cambiado

Fotografía

Por Amalia CasadoTiempo de lectura3 min
Opinión18-10-2009

Parece que es posible, que el ideal no es irrealizable. Han cambiado las tornas y se ha dado la vuelta a la totilla. Las calles en Madrid han sido tomadas por la alegría, por la fiesta, por quienes dicen sí a la vida. Y por mucho que aún haya quienes intenten asociar la multitudinaria participación a lo rancio, apolillado, viejo, clerical o facha lo tienen difícil. Lo tienen difícil quienes quieran politizar la cuestión, o ideologizarla o desprestigiarla porque la evidencia tiene un rostro: joven, familiar, fresco, plural, respetuoso, alegre, vital, apasionado, positivo, comprensivo y lejos de todo falso fanatismo. No hace falta decirlo, ni argumentarlo, ni discutirlo: se ve. Del “no al aborto” al “sí a la vida” hay algo más que un cambio de eslogan: Es una apuesta por la vida desde la cultura de la vida y no una reacción a la cultura de la muerte. Diría que es una fiesta del sí a la vida y no una manifestación provida –vaya por delante mi reconocimiento a su incansable y meritorio trabajo durante años sin tregua-. Este cambio parece algo sencillo, algo incluso irrelevante, pero es definitivo. Cambia el tono de una manifestación, los colores, el espíritu, la curvatura de los labios de quienes participan, el atractivo que ejerce sobre los demás. ¿Quién no desea estar junto a estas personas felices y encantadas de gritar que sí, que la vida merece la pena, que apuestan por ella y que no dejarán solo a quien se encuentre en dificultades para sacar adelante a una vida naciente? Quisiera destacar hoy dos nombres. Benigno Blanco e Ignacio Arsuaga. Su fuerza, su convicción, su trabajo de años, las dificultades sucesivas que todo proyecto implica pero el empuje para superarlas y sobreponerse a ellas, el no darse por vencidos, el intentarlo desde todos los ángulos posibles -uno desde Hazteoir y otro desde el Foro Español de la Familia- han sido determinantes para que España se encuentre hoy ante esta evidencia de que asoma un rayo de luz por entre la oscuridad que puede iluminar y hacernos ver con más claridad qué cosas concretas tenemos en nuestras manos para transformar el mundo y propagar la famosa cultura de la vida que siempre tenemos en la boca y nunca sabemos cómo materializar. Decir sí a la vida es intentar impedir una ley del aborto, pero es también hacer la ley inservible e inútil. Es hacer posible que cualquier mujer embarazada con dificultades para sacar adelante al bebé que lleva dentro tenga ante sí tantas posibilidades, apoyos y ayudas que dar a luz a su pequeño sea la más razonable de sus opciones. Es hacer que no se sienta sola y abocada a destruir. Que perciba a su alrededor con hechos y apoyo reales la alegría de los demás ante una nueva vida. Que se contagie de que sí: de que merece la pena. Es ayudar a las mujeres que perdieron a sus pequeños a superar las consecuencias físicas y psicológicas de un aborto. Es decir sí a la vida las mujeres y también los hombres. Se hace difícil hoy no reciclar: porque tenemos contenedores delante de las puertas de nuestras casas, porque nos asaltan los carteles promoviendo las bondades de separar el plástico, del papel y el vidrio, porque los niños aprenden en clase qué se introduce en el verde, en el azul o en el amarillo. Si lo hacemos por el Medio Ambiente… ¿no podremos hacerlo por los hombres? Rojo sobre gris a quienes no desistieron, a quienes no intentaron hasta logarlo, a quienes se unieron, a quienes sujetan la puerta que se ha abierto para que siga entrando la luz de la marea roja por la vida, a quienes nos han demostrado que es posible, y que puede ser realizable.

Fotografía de Amalia Casado

Amalia Casado

Licenciada en CC. Políticas y Periodismo

Máster en Filosofía y Humanidades

Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo