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El pollo y la carretera

Fotografía

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión05-10-2009

¿Por qué el pollo cruzó la carretera? El hecho incuestionable es que percibimos que el pollo cruza la carretera. A la hora de encontrar el sentido de dicho acontecimiento es donde, demasiadas veces, ponemos más de nuestra subjetividad que del análisis de lo real. Prueba de ello son las respuestas ficticias que a esta pregunta seguramente darían personajes históricos conocidos por todos. Si las respuestas les hacen gracia es porque, efectivamente, podríamos esperar de ellos una respuesta similar a la apuntada por la ficción. Veamos algunas de ellas. Platón: “Por que al otro lado de la carretera se encuentra la verdad”. Aristóteles: “Por que está en la naturaleza del pollo cruzar las carreteras”. Buda: “Preguntarse tal cosa es renegar de tu propia naturaleza de pollo”. Galileo: “Y, sin embargo, la cruza”. Karl Marx: “El pollo cruzó la carretera porque era dialécticamente inevitable”. Stalin: “El pollo debe ser fusilado inmediatamente, junto con los testigos de la escena y diez personas más, escogidas al azar, por no haber impedido ese acto subversivo”. Einstein: “El hecho de que el pollo cruce la carretera o de que la carretera pase por debajo del pollo depende del punto de referencia”. Cuando buscamos en los periódicos información de actualidad, no nos bastan los hechos, queremos descubrir su sentido. Pero, las más de las veces, nos encontramos con la subjetividad del periodista y la ideología del medio, de forma que, si aprendemos algo, tiene más que ver con lo que hay en la cabeza de otros que con lo que realmente ocurrió. Quizá sean las prisas del periodista, o la seguridad de sus esquemas mentales, lo que le hagan repetir, en el fondo, siempre lo mismo. Debemos ser cuidadosos con la repetición sistemática de nuestros esquemas mentales, porque sólo consiguen confirmar lo que ya pensamos y cerrar nuestra inteligencia (y nuestra vida) a cualquier novedad. Cuando aparece una pregunta en el horizonte, sobre todo una pregunta por el sentido de las cosas, conviene no lanzarse automáticamente a responder. A la pregunta “¿Por qué el pollo cruzó la carretera?” lo que, en rigor, cabe responder, es un racimo de nuevas preguntas: ¿Qué había al otro lado de la carretera? ¿Qué había en su lado de la carretera? ¿Qué hizo el pollo una vez hubo cruzado? Prueben, se les ocurrirán muchas otras interesantes. Además, responder a éstas acertadamente, observando bien la realidad sobre la que preguntamos, nos ayudará a responder la primera. La pregunta por el sentido de las cosas se responde observando con detalle la realidad, no aplicando prejuicios mentales. Allí donde renunciamos a nuestra naturaleza de pollos, pero no a nuestra naturaleza humana, que siempre se pregunta más a fondo por todas las cosas y quiere aprender esa respuesta observando la realidad, edificamos todos ese lugar donde la vida se ensancha.

Fotografía de Álvaro Abellán

$red

Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach