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IRLANDA DEL NORTE

Dos atentados de facciones escindidas del IRA comprometen el proceso de paz

Fotografía

Por Miguel MartorellTiempo de lectura4 min
Internacional15-03-2009

Irlanda del Norte ha revivido el lúgubre fantasma de tiempos pasados. Dos acciones terroristas de facciones escindidas del IRA han costado la vida a dos soldados y un policía y han hecho tambalearse el proceso de paz. Sin embargo, en esta ocasión republicanos y unionistas se han unido en la condena de unos atentados que los irlandeses habían empezado a olvidar.

El primer atentado, del que se responsabilizó la facción IRA Auténtico, se perpetró durante la noche del sábado 7, en la base militar británica de Antrim, en Massereene (a 25 kilómetros de Belfast). Un grupo formado por tres personas -un conductor y dos pistoleros- se introdujo en el complejo castrense y acribilló a dos soldados. Al parecer, los terroristas aprovecharon la entrada en la base de varios repartidores de pizza para perpetrar el ataque. Además de los dos soldados muertos, el atentado dejó cuatro civiles heridos, dos de ellos repartidores, uno de los cuales recibió hasta tres impactos de bala. No es casual que este ataque se produjera horas después de que el jefe de la Policía del Ulster, Hugh Orde, revelara que ha reclamado la presencia británica en la provincia para investigar las actividades de las facciones disidentes del IRA. Precisamente por el repunte de dicha actividad, la alerta ante el riesgo de atentado era máxima. Según algunos medios británicos, las facciones escindidas del IRA han reclutado en los últimos tiempos a jóvenes de entre los barrios católicos más descontentos con el proceso de paz. Aún así, el viceprimer ministro norirlandés, Martin McGuinness, ex miembro del IRA y líder del Sinn Fein, denunció la presencia de las fuerzas especiales en Irlanda del Norte. McGuinness recordó que los republicanos ven a las fuerzas especiales como “una amenaza” por su negro historial en la región. “La historia demuestra que muchas de estas fuerzas han sido tan peligrosas para la comunidad como cualquier otro grupo armado”, sentenció el viceprimer ministro norirlandés. En cualquier caso, la condena del atentado entre las fuerzas norirlandesas fue unánime. Se trata de la primera acción terrorista contra un soldado desde el asesinato en 1997 del lancero Stephen Restorick, y la acción más mortífera del IRA Auténtico desde el atentado de Omagh en 1998, en el que murieron 29 personas, entre ellas, dos españoles. El presidente del Sinn Fein, el brazo político del antiguo IRA, dejó claro que los terroristas “no tienen ni apoyo ni estrategia para lograr la unificación de Irlanda”. Del mismo modo, el primer ministro británico, Gordon Brown, remachó: “Ningún asesino podrá hacer descarrilar un proceso de paz que cuenta con el apoyo del pueblo de Irlanda del Norte”. Asesinato de un policía Con el país conmocionado, en la noche del pasado lunes, otra facción del IRA, el IRA de Continuidad, cometió un nuevo atentado en Craigavon, en el corazón del Ulster. Dos agentes de la Policía del Ulster (PSNI) acudieron a las cercanías del instituto, donde una mujer había denunciado que habían lanzado piedras contra su ventana. A pesar de que la PSNI -un cuerpo creado tras los acuerdos del Viernes Santo- tomó las precauciones por si se trataba de una emboscada, al llegar al lugar de los hechos un disparo de un francotirador acabó con la vida del agente Stephen Carroll, de 48 años, casado, católico y con un hijo, e hirió al otro policía. Igual que con el atentado de Antrim, la condena fue firme. El primer ministro de Irlanda del Norte, Peter Robinson, lo describió como “un acto malvado” y el Sinn Fein lo consideró de nuevo un “ataque al proceso de paz”. “No habrá un regreso a los viejos tiempos”, dijo por su parte Brown, que reiteró que los disidentes son “asesinos que tratan de distorsionar, perturbar y destruir el proceso de paz”. A lo largo de la semana pasada, la Policía detuvo a seis personas por su relación con los dos atentados. Los sospechosos arrestados por la PSNI en relación con el ataque a la base de Antrim fueron tres varones de 32, 21 y 41 años, siendo este último Colin Duffy, ex miembro del ya desmantelado IRA. Por el crimen de Craigavon fueron arrestadas otras tres personas en la misma localidad en la que acontecieron los hechos. Esta vez los detenidos tenían 17 y 37 años, así como un tercero que rondaba la veintena, según las informaciones de la PSNI. La familia del menor negó en todo momento cualquier relación de éste con el asesinato. Miles de personas se echaron a la calle durante la semana para reclamar el fin de la violencia en Irlanda del Norte. Sin embargo, el descontento con el proceso de paz que se respira en algunas barriadas católicas del Ulster se ha hecho evidente con los disturbios del pasado domingo. Grupos de jóvenes se enfrentaron a la Policía con piedras y cócteles molotov en Lurgan, una ciudad del condado de Armagh, cerca de la casa del detenido Colin Duffy. Pero el verdadero peligro, como indican algunos, es que los pistoleros paramilitares unionistas decidan vengar los dos atentados por sus propios medios.

Fotografía de Miguel Martorell