PUNTOS DE DEBATE
América Latina no tutelada
Por Elías Said
2 min
Opinión15-03-2009
Una América Latina parece que va cobrando mayor fuerza con la reciente creación del Consejo de Defensa Suramericano (CDS) en Chile, el cual está conformado por los 12 países de esta región americana. Este importante paso es el primer gran instrumento del que se dota la Unión de Naciones Suramericanas, con el fin de hacerse presente en todos los aspectos de la región. El CDS asume algunas funciones de alcance interestatal, como por ejemplo la coordinación de los asuntos de defensa regional, con respeto a la soberanía nacional; convirtiéndose así en el primer foro informativo que impida incidentes como los ocurridos a consecuencia de la incursión de Colombia en territorio ecuatoriano hace un año aproximadamente. Pero sobre todo, el CDS trae consigo un claro mensaje que aspira a modificar los términos de relación que se comienzan a asentar al interior de esta región para con el resto de países del mundo. Esto es: una alianza cooperativa pero no tutelada por intereses externos, enmarcados por vínculos históricos o geopolíticos. Detrás de este proceso está Brasil, el gigante amazónico y principal referente latinoamericano, quien ha impulsado esta iniciativa en medio de un claro referente de liderazgo que busca relanzar propuestas de cooperación entre los países de la región, con el fin de sentar bases sólidas frente a la intromisión foránea en una región cargada de injusticias e historias comunes profundamente conflictivas, pero también caracterizada por la riqueza de su gente y de los recursos materiales que en ella existen. El próximo mayo se estrenará una nueva presidencia semestral en el CDS. Ecuador asumirá este nuevo rol en sustitución de Chile. El foro constituido desde este Consejo debe ser la mecha que encienda el espíritu no tutelado en la región, donde muchos de los líderes latinoamericanos se han acostumbrado a ejercer su poder desde una relación de constante ¨superioridad¨ ficticia de los extranjeros sobre los locales. Colonialismo, imperialismo, subimperialismo o cualquier vertiente de relaciones tuteladas, no sólo son perjudiciales al momento de construir las relaciones con los otros, sino que ponen a la baja las potencialidades y oportunidades que muchos desde Europa, Norteamérica, Asia y América Latina, entre otros, aspiramos a consolidar para la mejora de nuestros pueblos: escenarios de diálogos entre iguales, donde no sólo se tenga conciencia de las debilidades, sino de las fortalezas que todo pueblo tiene, sin importar de donde provenga. Esperemos que este nuevo escenario informativo se consolide y ayude a definir una política regional de seguridad propia, desde el respeto de cada soberanía, y que sirva de ejemplo para avanzar en la integración latinoamericana para hacer frente a los retos contemporáneos para la mejora de las condiciones de vida de nuestros pueblos: defensa, economía, tecnología, diversidad y respeto cultural, entre otros.
