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ISRAEL

Cuenta atrás para que Tzipi Livni forme gobierno en Israel

Fotografía

Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional19-10-2008

Tras alzarse con la Presidencia del partido Kadima, la sucesora de Ehud Olmert y anterior ministra de Exteriores, Tzipi Livni, se enfrenta ahora a las cruciales negociaciones para formar gobierno en Israel. La mandataria ha conseguido de momento el apoyo de los laboristas para este fin, pero necesita el apoyo de otra formación antes del 3 de noviembre o se convocarán elecciones legislativas anticipadas.

Livni logró imponerse por un estrecho margen de 431 votos en las elecciones primarias del partido Kadima el pasado 18 de septiembre, cuando Ehud Olmert ya había anunciado su intención de dimitir del cargo de primer ministro, asediado por las acusaciones de corrupción que pesaban sobre él. Desde entonces, la ex ministra de Exteriores del Gobierno israelí ha mantenido intensas negociaciones para formar un nuevo Gabinete que permita al Kadima seguir en el poder. En las tres últimas semanas, Livni ha mantenido largas conversaciones con los responsables del Partido Laborista. El pasado día 13, esas complicadas negociaciones daban su fruto y la formación de centro-izquierda liderada por Ehud Barack se comprometía a apoyar al Kadima en el Parlamento israelí. El diputado centrista Tsahi Hanegbi y el asesor laborista Efi Oshaya sellaban el principio de acuerdo tras 18 horas de reunión. Mediante dichas conversaciones, Kadima logró renovar el acuerdo de gobierno que ya tenía con el Partido Laborista, aunque a un mayor precio. La formación de centro-izquierda tendrá ahora más poder de decisión en las acciones del Gobierno israelí y un papel más relevante en las conversaciones de paz con sirios y palestinos. Sin embargo, Livni no ha ganado todavía la partida. El Kadima cuenta con 29 diputados, a los que se suman los 19 laboristas, en total, 48 de los 120 escaños disponibles. Es decir, una mayoría insuficiente para sostener a un hipotético gobierno liderado por la anterior titular de Exteriores. Por ello, la presidenta del Kadima tratará ahora de buscar el apoyo de los haredi (judíos ultraortodoxos) del Shas para formar gobierno. Si no lo consigue antes del 3 de noviembre, según las leyes, el Parlamento deberá convocar elecciones anticipadas, lo que podría suponer el ascenso al poder del conservador Likud. Según todas las encuestas, el partido de Benjamin Netanyahu cuenta con mayor apoyo electoral que el Kadima, por lo que Livni tratará de evitar unos comicios legislativos que harían perder la hegemonía a su partido. El apoyo de los haredi resultará esencial para la aspirante a primera ministra, una misión ardua dada su condición de mujer. Si algo caracteriza a los haredi hebreos (fácilmente identificables por su indumentaria negra, sus sombreros y los tirabuzones) es su celo para con las mujeres. Tanto es así que reproducir imágenes de mujeres en revistas o televisiones de público ultraortodoxo está completamente prohibido, lo que obliga a difuminar la imagen o simplemente no emitirla. En un país donde los ultraortodoxos tienen gran influencia en la sociedad, esta prohibición ha supuesto que la cara de Livni sea prácticamente desconocida entre los haredi y que en algunos periódicos de esta corriente ultraconservadora ni siquiera se reproduzca su nombre, refiriéndose a ella por su cargo. Con todo, Livni no sólo deberá negociar con el Shas su apoyo parlamentario o las condiciones de las conversaciones de paz con los palestinos, sino que además deberá lidiar con las costumbres religiosas de un grupo que cuenta con más de 600.000 seguidores en un país de siete millones de habitantes, es decir, prácticamente toda la población de la capital, Tel Aviv.

Fotografía de Miguel Martorell