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IRLANDA

Irlanda pone en jaque a Europa

Por LaSemana.esTiempo de lectura3 min
Internacional15-06-2008

Los irlandeses dijeron "no" a la reforma de la Unión Europea propuesta en el Tratado de Lisboa. En un referéndum al que acudieron sólo el 53,4 por ciento de los tres millones de irlandeses convocados, el rechazo a Lisboa fue la respuesta elegida en el 53,4 por ciento de los casos. Un fracaso que, dada la ferviente campaña del Ejecutivo del país para apoyar el Tratado, no era de esperar.

Las razones que se han esgrimido para explicar la derrota son varias. Algunos apuntan a la importancia de los periódicos del magnate de la prensa Rupert Murdoch, que como viene siendo habitual se dedicó a organizar una ferviente campaña antieuropea en el país. Otro grupo de analistas, sin embargo, rechaza esta tesis argumentando que los irlandeses no dijeron que "no" a Europa, sino al Tratado de Lisboa. Para muchos ciudadanos, la UE ha sido la principal artífice del milagro económico irlandés bajo el sistema vigente y por ello piensan que no es necesaria una modificación de su funcionamiento. Asimismo, no faltan líderes de opinión que señalan a la incapacidad de la Unión para resolver crisis económica continental y la subida de los carburantes como una de las principales desmotivaciones para los irlandeses a la hora de refrendar Lisboa. Tras el fiasco en Irlanda, los caminos de la UE para su remodelación son inciertos. La falta de un consenso para encontrar el medio de ratificación del Tratado en los estados miembro ha otorgado a apenas tres millones de irlandeses más poder que al resto de los casi 500 millones de ciudadanos de la Unión. Al ser los únicos ciudadanos de la UE que han podido decidir directamente sobre el Tratado, y no por vía parlamentaria como en el resto de los casos, el "no" irlandés parece identificarse ahora como el "no" de los ciudadanos frente al "sí" de los políticos europeos. Esa imagen resulta estos días especialmente fuerte en el vecino Reino Unido, donde la tendencia claramente euroescéptica de los ciudadanos del país, exceptuando algunas áreas de Escocia y Gales, lleva a pensar que de haberse sometido a referéndum el Tratado de Lisboa hubiese sido rechazado. Precisamente la pasada semana los tories aprovecharon el fiasco irlandés para exigirle al primer ministro, Gordon Brown, la celebración de un referéndum sobre el Tratado que los laboristas aprobaron en la Cámara de los Comunes. Una de las ideas que parece resurgir para superar la crisis es la de la Europa de las dos velocidades, que traería consigo una Unión con grupos de países con una cooperación institucional más reforzada que otros. Sin embargo, el Gobierno irlandés afirma que no quiere ver cómo su país se queda a rebufo de Europa. Para evitarlo, hay algunos que abogan por la repetición del referéndum, aunque esa propuesta parece haber sido aniquilada ya por los líderes de los partidarios del "no", que se han apresurado a decir que el resultado del referéndum significa que el Gobierno debe volver a negociar diversas modificaciones con Bruselas. Sin embargo, Dick Roche, ministro para Europa, se lamentaba ante las exigencias de los vencedores. “¿Cómo vamos a ir a Bruselas a negociar si los otros 26 países apoyan Lisboa?” El Tratado de Lisboa ha sido aprobado ya por 13 países, entre los que se encuentran las principales potencias del continente como Francia, Alemania o Reino Unido. El resto dará luz verde a Lisboa durante los próximos cuatro meses, y no se esperan grandes dificultades para su aprobación. Todos sin excepción lo harán por vía parlamentaria, incluida España, que votará el Tratado este otoño.

Fotografía de LaSemana.es