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MEDIO AMBIENTE

Muchos ríos sufren una ¬agonía¬, según WWF-Adena

Por Cristina Arias Tiempo de lectura2 min
Sociedad18-03-2007

La organización ecologista WWW/Adena, con motivo del Día Mundial del Agua, presentó un informe en el que advierte de la pérdida de caudal de los ríos como consecuencia del cambio climático, la contaminación y las presas.

Ante las consecuencias del cambio climático y, sobre todo, debido a la progresiva amenaza de escasez de agua, Adena hace un llamamiento a los gobiernos para proteger su distribución y su uso. Por eso, pide a los responsables políticos que "admitan el problema ahora, y no cuando la emergencia de agua dulce adquiera proporciones difíciles de afrontar". La asociación ecologista alerta sobre la "situación agónica" que, en la actualidad, sufren muchos ríos y presenta un informe, ahora que se acerca el Día Mundial del Agua, en el que se hacen públicos los diez ríos del mundo con mayor riesgo. Cinco de ellos se encuentran en Asia: el Yangtze (China), el Mekong (Vietnam), el Salween (Mianmar), el Ganges (India) y el Indo (Pakistán). Además, en el listado figuran también el Danubio, uno de los ríos más grandes de Europa; el río de La Plata y el río Grande, América; el Nilo-Lago Victoria, África; y el Murria-Darling, Australia. Adena también indicó que la continua pérdida de caudal, agravada por la deficiente planificación y la protección inadecuada de las áreas naturales, significa que no está garantizado el suministro del agua. Además, aseguran que si sigue bajando el caudal también se verá afectada la pesca de especies de agua dulce, principal fuente de proteína y medio de vida para cientos de miles de comunidades del mundo. Jaime Pittok, director del Programa Mundial de Agua Dulce de Adena, manifestó que la conservación de los ríos y humedales "debe ser considerada parte esencial de la seguridad nacional, la salud y el desarrollo económico". En el caso concreto de España, la regulación de los cauces mediante más de 1.300 embalses ha convertido a los ríos en unos ecosistemas amenazados. Para asegurar su supervivencia, la Ley de Aguas establece la obligación de dejar circular unos caudales ecológicos; el mínimo necesario para que el río fluya. Sin embargo, esto no se cumple siempre y en algunos ríos muchas veces no queda ni una gota de agua. El río Segura incumple con frecuencia en su desembocadura el caudal mínimo establecido y, en el año 2002, el Júcar sólo llegó en un 40 por ciento de los días del año hasta Cullera, secándose generalmente aguas arriba de este punto. Además, hay muchos más ríos con graves problemas: el delta del Ebro desaparece paulatinamente; el Besós, Barcelona, está biológicamente muerto por la gran cantidad de vertidos industriales; en el Ter, Girona, no se respetan los caudales y se impide así la migración de la trucha; el Miño, en Galicia, es una sucesión de embalses hidroeléctricos que incumplen reiteradamente los caudales, o el Tinto, en Huelva, donde sólo sobreviven en las aguas caracterizadas por contaminación crónica minera.

Fotografía de Cristina Arias