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REINO UNIDO

Tony Blair se perfila como ganador de las próximas elecciones británicas

Por Mariella GoliaTiempo de lectura2 min
Internacional25-05-2001

El Partido Laborista promete una reforma de los servicios públicos británicos, sobre todo sanidad y enseñanza, además de otorgar una prioridad al consumidor y a los funcionarios con la ayuda de la iniciativa privada. El Partido Conservador asegura que hará recortes de impuestos, controlará la inmigración y, en un intento desesperado por conseguir votos, rechazará el euro. Una medida que en los últimos días ha encendido la campaña electoral tras la oposición de la ex primera ministra británica, Margaret Thatcher, a que el Reino Unido adopte el euro.

A William Hague, líder del Partido Conservador, se le agota el tiempo para evitar una derrota que los sondeos pronostican como segura. Los últimos argumentos sobre los presuntos incrementos fiscales que se esconden tras el programa electoral del Partido Laborista o la intervención en la campaña de la ex ministra británica, Margaret Thatcher, en defensa de la libra no han motivado al electorado. La situación de asedio en la que se encuentra el Partido Conservador cuando sólo faltan dos semanas para las elecciones provocó el regreso a la escena política de la dama de hierro. A pesar de que el Partido Conservador se comprometiera en la línea oficial del partido a excluir durante la próxima legislatura la incorporación al euro, el pasado martes Margaret Thatcher intervino en la campaña en apoyo del líder conservador William Hague para mostrar su rechazo a la moneda única. Mientras Tony Blair intentó persuadir a los electores para que votasen a favor del euro en el referéndum que convocará si consigue un segundo mandato, Margaret Thatcher afirmó que "nunca" aceptaría la introducción del euro en el Reino Unido y reiteró: "La idea de que podamos ser absorbidos por Europa es algo repugnante y lucharé contra ella hasta mi último aliento". La reaparición de Thatcher se sumó a una serie de sucesos que dejaron en segundo plano el programa electoral el mismo día de la presentación y que pusieron de manifiesto un cierto descontento del electorado con la gestión del Gobierno en materia sanitaria. Sharron Storer, compañera sentimental de un enfermo de cáncer protestó enfurecida en la puerta de un hospital de Birmingham y ante el primer ministro por la precariedad de la sanidad pública. Como consecuencia de esta situación y del altercado en el que se vio involucrado el viceprimer ministro, John Prescott, que respondió con un puñetazo a un granjero que le había lanzado un huevo, la secretaria del Partido Laborista, Margaret McDonagh, responsabilizó a los medios de comunicación de las respuestas violentas del electorado.