Coronados por la contundencia

Por La Semana.es2 min

Ronaldo, por fin, encandiló al Bernabéu. Fue la noche que esperaba el brasileño, tanto que incluso repitió el corte de pelo del Mundial de Corea y Japón. Con un doblete, el delantero cerró la temporada saliendo por la puerta grande del Bernabéu, después de solventar el trance de un Athletic valiente, con casta, que siempre dio la cara, y cuyo tremendo esfuerzo en la primera mitad se quedó sin premio. La primera acción trenzada que disfrutó el Real Madrid, con Zidane y Roberto Carlos como maestros de ceremonia, terminó en gol antes de diez. Jupp Heynckes demostró conocer los puntos flacos del Real Madrid, pues los tres centrales que dispuso en la zaga le dieron resultado: Lacruz, Karanka y Gurpegui, que fue una lapa para Raúl. Hacía tiempo que no se veía un marcaje individual en el Bernabéu, pero por echarle el freno al siete, el Athletic dejó terreno a Ronaldo. El sofoco y el cansancio lo acusó más el Real Madrid. El Athletic, cuando lograron sintonizarse Yeste, Alkiza, Ezquerro, Etxeberría y Urzáiz, llegó arriba. Aunque sólo encontró puerta un disparo de Alkiza en apariencia inocente. Con el empate, al Real Madrid le costó llevar el ritmo, la iniciativa: Makelele estaba más impreciso de lo normal, mientras que Zidane, Figo y Guti estaban sin fuelle. Cuando el Athletic lo tenía a favor, un golpe franco de Roberto Carlos, potentísimo, volvió a dejar las cosas como estaban justo antes de irse al descanso. La efectividad salvaba al Madrid, que se recuperó en la segunda mitad, conjugando creación y contragolpe. La velocidad de Ronaldo trajo de cabeza al Athletic, que se encontró en una de esas jugadas con un remate de Zidane al palo. El francés habilitó más tarde con un gran pase al brasileño, que cruzó el balón a Aranzubía y selló el destino del partido. El conjunto blanco se sintió campeón y comenzó a funcionar. Ronaldo aprovechó para ganarse un poquito más a la afición del Bernabéu, que salió feliz, aunque pidiendo que Guti no se vaya.