Mero trámite

Por Juan Diego Gómez2 min

Deportivo de La Coruña y Espanyol de Barcelona disputaron su último partido de Liga con la sensación de no haber cumplido el objetivo de principio de Liga. Los gallegos han terminado terceros, pero han dejado la sensación, pese a haberse clasificado para la Liga de Campeones, de haber funcionado a medio gas durante gran parte de la temporada. Las lesiones y la mala suerte, cierto es, también mermaron al equipo de Jabo Irureta. Aunque en el mal resultado, dicen las malas lenguas, ha tenido bastante que ver la táctica ultraconservadora del técnico irundarra. El tridente ofensivo formado por Makaay, Luque y Tristán, con el mago Valerón de enganche, no ha dado ni mucho menos el resultado esperado. Nadie sabe dónde podrían estar los coruñeses, si hubiesen rendido a tope. El Espanyol, en tanto, acaba la Liga cuarto por la cola. Una temporada aciaga para los catalanes, aunque al menos se han salvado del descenso. El partido en sí tuvo poca historia, ya que no tenía ninguna trascendencia con vistas a cambiar la clasificación. Los pericos se adelantaron en el marcador con un gol del genial Roger -un guiño a quienes dicen que es un fichaje de interés para Augusto César Lendoiro-, quien batió al joven portero Dani Mallo. El Deportivo parecía vivir en un atontamiento perpetuo, pero no lo supieron aprovechar los de Javier Clemente para sentenciar. El menor de los hermanos García no supo apuntillar a los blanquiazules cuando tuvo ocasión Entre tanto, el abuelo de la Liga, Donato, se despedía -más que posiblemente- de la que ha sido su afición durante una década larga. El hispanobrasileño será siempre muy recordado en Coruña, pero las preocupaciones eran otras, como la lesión de Víctor. A pesar de todo, el Dépor reaccionó: en tan sólo un minuto, los de Irureta dieron la vuelta al encuentro. Primero fue Makaay, sin querer, ya que el balón le dio en la cara -con mucha fortuna- sin que Toni pudiese evitarlo. El holandés, con 29 dianas, se aseguró el pichichi e igualó el récord de goles en una temporada, que poseía Bebeto. El segundo tanto fue obra de Albert Luque. A partir de ahí, a pasar el rato y a pensar en las vacaciones.