Adiós amargo para Unanua

Por Miguel Venegas2 min

La Liga se despidió de El Madrigal hasta la temporada que viene, en un encuentro de dos equipos con los objetivos cumplidos, la permanencia. El Betis, con la ilusión europea ya matemáticamente perdida, entrega su alegría a su novena plaza, una por encima de sus vecinos del Sánchez Pizjuán. El Villarreal, se conforma con quedarse en la mitad de la tabla -lejos de la Intertoto- y cuenta por trámites sus últimas citas ligueras. La emoción estaba en otros campos; en Villarreal, tan sólo la despedida del portero Unanua ponía color a un partido de bienvenida veraniega. El Betis salió más motivado y cogió las riendas del encuentro desde el primer minuto. El Villarreal se defendía buscando su oportunidad, y al cuarto de hora, Guayre aprovechaba un gran pase de Jorge López para poner a los castellonenses por delante en el marcador. Pero el Betis merecía más; el dominio seguía siendo monopolio sevillano, y así, al fin, cumplida la media hora, el joven Dani lograba el primer tanto verdiblanco, gracias a una pifia del veterano Unanua. Mala despedida para el cancerbero local, que veía más tarde a Joaquín perforar su portería con un magistral libre directo. El Betis se iba al descanso como merecía, por delante en el marcador, mientras que los locales lo hacían con dos goles en contra, y contando los minutos para poder irse de vacaciones. El Villarreal volvió del descanso dispuesto a empatar el encuentro, pero se encontró con la calidad de un Betis que se tomaba a fiesta, con el espíritu de Víctor Fernández -aunque ya sin objetivos- su último capítulo en la Liga. Primero fue Dani, que tras pisar el balón mandaba a la escuadra el tercer gol andaluz. Y finalmente, de nuevo Joaquín; la joven estrella bética cerraba la temporada con una espectacular vaselina por encima de Unanua. El guardameta del Villarreal no se podía despedir peor: con cuatro goles en un partido sin emoción. La Liga, pues, se fue, y Villarreal y Betis volverán la próxima temporada dispuestos a pelear, un año más, por no mirar con envidia a quienes pelean por los puestos europeos.