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Rio 2016

Brasil olvida sus problemas con
una espectacular ceremonia

Por Javier BirlangaTiempo de lectura2 min
Especial 201606-08-2016

Casi todas las noticias que hacían referencia a Río de Janeiro y a los Juegos Olímpicos comenzaban con críticas. La desorganización local a falta de pocos días del inicio y algunos problemas de seguridad y de limpieza hacían presagiar una ceremonia poco preparada. Pero Brasil demostró que aquí sí había trabajado con ganas. La ceremonia inaugural estuvo a la altura de lo que representan unos Juegos y el estadio de Maracaná lució con luz propia ante los millones de espectadores de todo el mundo.

A la una de la madrugada del sábado dio comienzo la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos. Cuatro años después del punto y final en Londres, Río de Janeiro 2016 echaba a andar. Y lo hizo a lo grande.

Para empezar, los primeros voluntarios que se encontraban en el verde de Maracaná representaron una cuenta atrás de 10 segundos realmente espectacular. Cuando acabó, dio inicio la historia de Brasil a través de varias composiciones de luces y colores. En primer lugar con los indígenas que poblaban el país carioca antes de la llegada de los portugueses con Vasco de Gama, que también fueron representados con unos barcos de madera.

Tras ello siguió la historia de Brasil con la llegada de los inmigrantes asiáticos, la abrupta irrupción de las metrópolis muy bien representado con un efecto óptico que simulaba el 3D, y también tuvo su momento el invento del avión. 

Relatada la historia brasileña, llegó el momento de la fiesta y la samba. El Maracaná se convirtió en un carnaval improvisado que empezó con el último desfile de la modelo germana Gisele Bündchen mientras sonaba "La chica de Ipanema", y terminó con más de 1.500 bailarines sobre el tapete. 

Y justo antes del comienzo de los desfiles de las delegaciones, Río de Janeiro quiso mandar un aviso al planeta. A través de imágenes y vídeos dejó claro que si seguimos provocando tantas emisiones de CO2 terminaremos por derretir los casquetes polares y ciudades como Ámsterdam, Shanghai, Miami o Río de Janeiro terminarían inundadas. 

Llegaron las dos menos diez de la mañana en España cuando Grecia, primera en salir siempre en los Juegos Olímpicos, comenzó a desfilar por Maracaná. Le fueron siguiendo por orden alfabético 66 países más hasta que en el 68, a eso de las dos y media, salió España. Con un Rafa Nadal emocionado y orgulloso, la delegación española volvió a ser una vez más una de las más atrevidas. Los deportistas españoles no paraban de saltar y de hacerse fotos en el estadio brasileño.