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EUROCOPA 2016

Necid empata in extremis y
complica a los croatas

Por Javier BirlangaTiempo de lectura2 min
Especial Eurocopa 201617-06-2016

La República Checa levantó un 2-0 para conseguir un punto que les permita seguir soñando con el segundo puesto. Luka Modric se lesionó y es baja para el partido ante España. Nunca se puede dar nada por hecho. Croacia tuvo en su mano la clasificación a octavos, pero deberán esperar a la siguiente jornada para estar certificada. El cuadro de Ante Cacic se puso por delante con goles de Perisic y Rakitic, pero Skoda y Necid en el 94 repartieron los puntos.

Desde el principio los croatas fueron atacando las bandas como leones que saben por dónde campan las gacelas. Rakitic pudo marcar tras una carrera y posterior recorte, aunque apareció la pierna de Cech para demostrar que con los pies también se para. Aquello fue una declaración de intenciones. Cada descuido checo sería castigado con una avalancha al contragolpe. Y así fue. Una pérdida de Plasil, ya cerca del descanso, llegó a los pies de Perisic y el Robben croata (éste diestro) definió con naturalidad. Le faltó limpiarse los dientes mientras. La celebración con Srna, que perdió a su padre el lunes, fue ejemplo de que los nudos del vestuario también están firmes y bien atados. 

Con la presa ya en sus fauces y el escenario idílico para salir a campo abierto a por más, Croacia mantuvo una línea francamente buena que enseguida le hizo sentenciar. Otra pérdida en la salida de balón checa, nuevamente de Plasil, dejó solo a Rakitic ante Cech y el del Barça picó con maestría por encima. El mejor Rakitic es aquel que tiene libertad para pisar área contraria, como es el caso. La euforia croata sólo se difuminó con la lesión de Modric. En realidad eran molestias que arrastraba de antes y que le hicieron retirarse con media hora de duelo por delante.

La República Checa lo tomó como un desgobierno perfecto. Vrba reforzó el ataque desde el banquillo y uno de los suplentes, el gigante Skoda, puso picante al final con un remate de cabeza que se coló en la meta de Subasic. Lo que durante más de una hora había tenido controlado Croacia con Modric pasó a ser un cuarto de hora de descontrol sin él. Ayudó también ese sector ultra de la grada que paró el partido con un lanzamiento masivo de bengalas. El asunto derivó en peleas entre ellos y, lo que es peor, en una desconcentración de su selección que se reflejó tras volver a jugarse. Vida hizo penalti y Necid empató. Castigo a una Croacia que se hundió sin Modric y que arrastra la lamentable lacra de sus ultras.