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![]() siete veces siete en la misma piedra Primera pelea: el alcalde socialista de San Sebastián, Odón Elorza, permitió seguir un pleno con varias fotografías de miembros de ETA y HB encarcelados. Los concejales del PP abandonaron la sala. Desde varios frentes se acusó a Odón Elorza de estar más cerca de los terroristas que de los demócratas. Segunda pelea: El Lehendakari, José Antonio Ardanza, pone sobre la mesa una propuesta para acabar con el terrorismo. El primer paso sería que todos los partidos demócratas se reuniesen en torno a una mesa a discutir el final de la violencia. El segundo consistiría en invitar a HB, siempre que ETA anunciase una tregua indefinida. Quien habla de diálogo parece estar apestado: todos los partidos políticos han dado la espalda a la propuesta de Ardanza. Lo reprochable no es que los políticos no estén de acuerdo con él, sino tener que escuchar los términos en los que han descalificado la propuesta del Lehendakari. La tercera pelea entre políticos tiene que ver con la seguridad de los concejales del PP en el País Vasco. La ley otorga esa responsabilidad y esa competencia a la Ertzaintza. Sin embargo, Jaime Mayor Oreja ha ordenado a la Policía Nacional que proteja a los concejales. Lo grave del asunto es que el Consejero de Interior del gobierno vasco no tenía ni idea. O sea, que Mayor Oreja no le había dicho ni pío, le había puenteado. Cuando el asunto se hace público comienzan, una vez más, las descalificaciones. Atutxa le pide que retire a la Policía Nacional porque la protección es responsabilidad de la Ertzaintza. Mayor Oreja le responde con una finta: sólo me preocupa la seguridad de los concejales. Resulta indiferente saber qué político es el que ha metido la pata, lo bochornoso es que da la impresión de que los líderes de los distintos partidos se pelean por dar balones de oxígeno a los violentos. Todos estamos de acuerdo en que discutir públicamente sobre el terrorismo sólo beneficia a ETA. Pues a pesar de tenerlo claro, el político es el único ser humano que tropieza siete veces siete en la misma piedra. Lo triste es que dentro de unos años, a estos grandes errores les llamaremos experiencia. ![]() Desde este "espíritu de Sevilla" que citaba Arenas, cada vez me parece más increíble que hubiera un club de fútbol que se negara a guardar un minuto, un solo minuto de este silencio de la verdad, en memoria de Alberto y Ascensión. No es Setién todo lo que reluce. Y menos me explico que la gente siga yendo a llenar los campos de fútbol cuando juega ese equipo. Si por casualidad lee esto algún aficionado al fútbol, yo prepondría que dijera a la directiva de su equipo que todos los partidos que queden por jugar con aquel club cuyo presidente no creyó oportuno guardar el minuto de silencio, lo hagan con brazaletes negros. Por lo menos que nos quede la dignidad. Brazaletes negros o minuto de silencio en todos los campos donde ese equipo juegue, para recordar que hay cosas que nosotros no olvidamos. Brazaletes contra los que ayudan a la muerte con su ruido y su furia. Brazaletes como un estrambote del sentimiento de España: "Vascos, sí; ETA, no... y directivas de clubes que no quieren guardar un minuto de silencio contra la muerte, tampoco". (ofrecido también en EL MUNDO: 10-2-1998) ![]() |