NACIONAL.- Medio centenar de inmigrantes chinos muertos en Dover, Inglaterra. Una treintena de inmigrantes marroquíes detenidos en Andalucía, España. Son dos ejemplos recientes de inmigración ilegal en Europa.
Cada día llegan al continente más de 50 personas procedentes de diversos países del Tercer Mundo. La Unión Europea ya no sabe cómo afrontar el problema. Los jefes de Estado y de Gobierno de los Quince observaban los efectos de la inmigración la semana pasada durante una reunión en Feira, Portugal. Allí, se comprometieron a aplicar las medidas aprobadas en octubre de 1999 en Tampere, Finlandia.
Medio millón de inmigrantes huyen cada año de la pobreza, la esclavitud y el hambre. Llegan a Europa engañados por mafias clandestinas que cobran a cada espalda mojada más de 100.000 pesetas por cruzar el estrecho de Gibraltar en patera. Otros llegan a pagar casi el triple para cruzar el continente de este a oeste aplastados en un camión frigorífico hasta llegar a un paraíso soñado. Esto es lo que les ocurrió a los 58 chinos que llegaron el pasado lunes muertos a Dover.
Por su parte, el gobierno español presentará a la Unión Europea un proyecto para solucionar el conflicto. José María Aznar lo explicó en el Congreso de los Diputados el pasado miércoles. No obstante, el presidente del Gobierno demostró que el Ejecutivo entiende la inmigración como un problema de orden público. Si no cambia su visión y olvida el poder de las mafias o la necesaria mano de obra para mantener el estado de Bienestar, la inmigración se convertirá en un problema de verdad. Y dejará de ser un fenómeno.
[25-6-2000]